La explosión ocurrida el 26 de abril de 1986 en la planta nucleoeléctrica de Chernobyl lanzó una nube radioactiva que después se expandió por gran parte de Europa, y obligó a cientos de miles de personas a abandonar sus casas en las zonas más afectadas de Ucrania, Bielorrusia y el oeste de Rusia.
Finalmente, la planta cerró el 15 de diciembre de 2000. En 2008 se retiraron los ductos de combustible, aunque la radioactividad, que produjo muertes, malformaciones y enfermedades crónicas entre los pobladores de la región afectada, no desaparecerá en muchos años.