A 25 años de una propuesta de descentralización para Bolivia, el centralismo continúa impidiendo la vigencia de autonomías, lo que quiere decir que las aspiraciones regionales están rezagadas, según el análisis del investigador Iván Finot.
Pese a que la norma está vigente por seis años, el análisis del autor de la obra Democratizar el Estado, a 25 años de una propuesta de descentralización para Bolivia, sobre la forma de administrar los recursos estatales y de distribuirlos, no ha variado de forma significativa en relación a gobiernos anteriores, es más, sufrió un retroceso.
Finot considera que el conflicto nace del Gobierno central, que carece de una propuesta sólida sobre el Pacto Fiscal. “Lo único que quiere es centralizar lo más posible las decisiones de políticas públicas”, afirmó, aunque dijo que los impuestos más importantes que cobra el Gobierno central deberían ser transferidos a gobiernos regionales, para que estos se hagan cargo de su manejo.