Discapacitados recorrieron 379 km

El Alto y La Paz nuevamente mostraron su solidaridad



UNA MUJER LLORA JUNTO A WILSON, MIEMBRO DE LA MOVILIZACIÓN QUE CARGÓ UNA CRUZ DESDE COCHABAMBA.
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“Bienvenidos hermanos discapacitados”, “sigan adelante con esa fortaleza”, “no desmayen ni se rindan ante este Gobierno indolente”, “gracias por su lucha” fueron las frases de aliento, acompañadas de aplausos, llanto y regalos, pronunciadas por parte de ciudadanos de La Paz y El Alto, al paso de la caravana de las personas con discapacidad que, después de 35 días, llegaron ayer a la sede de Gobierno, para exigir un bono mensual de Bs 500.

“¡Adelante!, ¡adelante!, ¡adelante! caravana, lucharemos por la renta de 500 bolivianos por la vida y dignidad, ya llegamos a la sede de Gobierno”, coreaba la caravana en su ingreso a la ciudad.

LA CABEZA

El presidente de la Confederación Boliviana de Personas con Discapacidad, David Cayo, quien encabezaba la movilización, con lágrimas en los ojos y visiblemente emocionado, aseguró que, a pesar de haber caminado por más de 34 días, desde la ciudad de Cochabamba, tienen todas las ganas de continuar de manera firme con su medida de protesta.

“La marcha desde la ciudad de Cochabamba recorrió 379 kilómetros, porque sabemos que es la única forma de poder lograr nuestras reivindicaciones. Hemos visto que el Gobierno es insensible, lo único que han hecho es hacerse la burla de nuestro sector y eso es lo que más nos duele, porque teniendo en cuenta que nuestros compañeros tienen problemas físicos leves, graves y gravísimos, especialmente los ministros que se han aparecido, de tanto en tanto, en nuestra marcha, hasta nos han discriminado”, dijo el dirigente Cayo.

A su paso, Cayo agradeció a toda la población que se dio cita para dar la bienvenida a la caravana.

EL RECORRIDO

Una vez que el pasado sábado los marchistas llegaron hasta la población de Ventilla, fueron hospedados en un escenario deportivo donde pernoctaron hasta la mañana de ayer.

A las 08.30 horas, la marcha salió con rumbo al centro de la ciudad de El Alto y luego descendió por la avenida Naciones Unidas hasta la sede de Gobierno.

DESMAYO

En el camino y por la altura, Wilson Irala que cargaba una cruz de más de 30 kilos y una cadena en su espalada, sufrió un desmayo, a la altura de la avenida Estructurante del Distrito 8. Tiene una placa de platino en la cabeza y contó que sintió un fuerte dolor, en la región, pero la atención inmediata de las ambulancias que acompañaban a la caravana lo asistió y minutos más tarde continuó.

Wilson aseguró que el traslado de su cruz no fue sin motivo y si no se atiende a los discapacitados en su demanda, se crucificará en nombre de todos sus compañeros que no tienen la posibilidad de caminar y que están postrados en cama.

INGRESO A LA PAZ

Al promediar las 14.00 horas, la caravana inició su descenso a la ciudad de La Paz, por la avenida Naciones Unidas, recorrió la misma hasta llegar a la avenida Kollasuyo, posteriormente Cementerio, Bautista, Buenos Aires, Estación Central, Chuquisaca, Montes, Mariscal Santa Cruz, Prado, plaza del Estudiante, y subieron nuevamente a la plaza San Francisco para descansar.

Acompañaron la caravana consultorios móviles de la Alcaldía de La Paz, además de vehículos de la Defensoría del Pueblo, de la Universidad Mayor de San Andrés, Colegio Médico, Hospital Juan XIII, Asamblea Permanente de Derechos Humanos, entre muchas otras instancias.

BENDICIÓN

En la plaza Mayor de San Francisco se oficializó una misa a cargo del padre Xavier Albó, quien otorgó la bendición a las personas con discapacidad que recorrieron a pie desde Cochabamba a La Paz.

Emocionado y apoyado con su bastón, Albó manifestó “la humildad y el agradecimiento de estas personas con discapacidad son una muestra de la realidad que vivimos”.

Además, pidió a las autoridades del Gobierno atender la demanda de las personas con discapacidad. “Debe haber una apertura de diálogo aunque el factor principal lo debe asumir el Gobierno”.

Durante todo el recorrido la población ofreció a los marchistas bebidas calientes y frías. Además, mostrando su solidaridad, lo hizo con aplausos y agitando pañuelos blancos, se apostó por todo el recorrido.

CIUDADANÍA EMOCIONADA

- La población de El Alto y La Paz, no pudo evitar derramar lágrimas que en su mayoría eran de impotencia al ver a las personas con discapacidad que llegaban a la sede de Gobierno cansados pero aguerridos por su causa.

- Cabe destacar que muchos de los marchistas se emocionaron también hasta las lágrimas debido a la respuesta de la población alteña y de la ciudad de La Paz, que de forma masiva, durante todo el recorrido por la ciudad, entregaron a los marchistas desde refrescos, hasta fruta, pan y otros productos.

- “Es doloroso ver cómo estas personas pese a su discapacidad marcharon durante más de un mes, no es posible que el Gobierno se haga al ciego y sordo, que atienda a esta gente”, dijo María Bermúdez que esperaba a la marcha en la plaza San Francisco.

- Las muestras de cariño por parte de las empresas de comida eran evidentes, una confitería en El Prado ofrecía café a los movilizados.

- Renta, la mascota que acompañó a la movilización durante los más de 300 kilómetros, llegó en brazos pues debido al cansancio, tuvo dificultades para continuar y Joel su amo lo levantó en brazos y juntos continuaron con la causa.

 
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