Erick Rodríguez Luján
Vivimos en un mundo donde nuestros avances tecnológicos, actividades económicas, sociales, laborales y sus intereses, se encuentran modificándose, adaptándose a las tendencias actuales y a un mundo cambiante y complejo.
Es aquí donde se pone a prueba nuestro actuar ante el mundo y desde luego ante nuestros semejantes, claramente se oye día tras día atrocidades en las noticias, donde las personas comunes y corrientes o autoridades y personalidades no actuaron con el sentido del bien, la virtud y el deber y excepcionalmente escuchamos alguna asombrosa noticia cuando alguien actuó con un gran sentido del bien y que incluso va más allá del deber.
En esta oportunidad me remitiré al ámbito del turismo, un sector muy grande y complejo donde también es importante una forma óptima de actuar cuando viajamos y cuando somos anfitriones en un determinado destino turístico.
Es ampliamente conocido que el turismo genera muchos efectos positivos, como el ingreso de divisas, el efecto multiplicador, la generación de empleos, el intercambio cultural, la conservación de espacios naturales y la biodiversidad entre otros, que es de lo que usualmente se habla, aunque desafortunadamente, así como cualquier actividad económica también puede acarrear efectos negativos y poco deseables.
Ese encuentro a veces dificultoso entre un local y un foráneo hace que se ponga a prueba nuestra ética. ¿Cobrar lo justo o cobrar por demás a un turista?, ¿permitir que por un poco más de dinero dañe un atractivo, destruya la biodiversidad o se lleve algún “recuerdo”?, ¿permitir que solo algunas empresas dentro del rubro generen ingresos mientras ciertas comunidades donde se desarrolla el turismo queden relegadas?, bueno, son temas delicados y es así que la Organización Mundial del Turismo, para hacer más justa, incluyente y sostenible a esta actividad plantea la aplicación de un Código Ético Mundial para el Turismo.
Este código plantea 10 principios para su aplicación: La contribución del turismo al entendimiento y respeto mutuo entre los hombres y sociedades; el turismo como instrumento de desarrollo personal y colectivo, como un factor de desarrollo sostenible y de aprovechamiento y enriquecimiento del patrimonio cultural de la humanidad; el turismo como actividad beneficiosa para los países y comunidades, las obligaciones de los agente de desarrollo turístico, el derecho y libertad al turismo, el derecho de los empresarios y trabajadores del sector y su aplicación.
En este código se detalla amplias recomendaciones para que todos tengamos la libertad de desplazamiento y derecho al turismo, para que nos beneficiemos de sus efectos y podamos generar mayor intercambio cultural y otros basados en los criterios de la sostenibilidad económica, social y medioambiental.
Desde luego, es un gran reto aplicar nuestro sentido de ética tanto en nuestra vida diaria con nuestras familias, en el trabajo, en la calle y en nuestros distintos ámbitos sociales, personales y específicamente en el rubro al cual nos dedicamos; para saber más del código ético, recomiendo visitar el sitio: www2.unwto.org/es
El autor es Magister en Turismo.
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