Al cumplirse el próximo 1 de mayo diez años de la nacionalización de los hidrocarburos, se ha constatado que esa medida significó para el pueblo boliviano un importante ingreso por la venta y exportación de los derivados equivalente a los 31.500 millones de dólares, cuantiosa suma que fue administrada por el gobierno presidido por Evo Morales.
Esa información permite una comparación con tiempos anteriores. En efecto, mientras en la década anterior a la nacionalización del 2006, el país solo recibió 2.500 millones de dólares, desde la aplicación de la misma en diez años se recibió 31.500 millones de dólares, datos numéricos que es preciso analizar no solo en su forma, sino en su fondo.
En primer lugar se debe indicar que el mayor ingreso económico que produjo la nacionalización de los hidrocarburos no se debió a la nacionalización en sí misma, sino se debió a la afortunada coincidencia de que a partir de esa disposición los precios de gas, petróleo y otros empezaron a subir fuera de todo pronóstico y a niveles nunca esperados y ni siquiera imaginados. Pero fue principalmente no tanto la nacionalización sino la subida de los precios lo que ayudó a convertir la economía boliviana en una de las de mayor crecimiento en la región.
En efecto, en 2007, el precio del barril de petróleo era de alrededor de 10 dólares el barril y fue subiendo a de forma sostenida hasta llegar al asombroso precio de ¡140 dólares por barril!, cotización que, a partir de ese momento en que se nacionalizó los hidrocarburos, empezó a beneficiar a Bolivia de forma extraordinaria, y como nunca había ocurrido con los precios de otras materias primas.
Se puede asegurar que si la nacionalización del 2006 no hubiese gozado de esa casual alza de la cotización de petróleo, gas, etc. y el barril de esa materia prima se hubiese mantenido en los precios anteriores, se podría sostener que no habríamos tenido los ingresos ahora reportados. Es más, ese bajo precio de entonces de los hidrocarburos hubiese determinado que no sólo el país tenga bajos ingresos, sino que la nacionalización del 2006 hubiese sido un fracaso.
Al respecto se puede señalar que las nacionalizaciones no tienen resultados positivos por sí mismas, sino que su éxito o fracaso depende del momento en que son aplicadas y el nivel de los precios internacionales. Si la nacionalización encuentra buenos precios será un éxito, pero si no ocurre así será un fracaso. Si los precios del petróleo cuando se nacionalizó las minas el 2006, se hubiesen mantenido sin variar, esa nacionalización hubiese sido un fracaso y sería objeto de repudio. Pero como se produjo cuando el precio subió de 10 dólares a 140 dólares el barril, la nacionalización fue exitosa. Traducido a números, en los diez años de este gobierno no habríamos recibido ni los 2.500 millones que se recibió en la década 1996-2006 y hubiese sido muy difícil que el gobierno se mantenga e informe que recaudó ¡31.500 millones de dólares! y menos hacer alarde de buena administración y grandes inversiones. Es más, no habría habido “proceso de cambio”.
Si la nacionalización de la minería en 1952 hubiese gozado de altos precios del estaño, esa medida habría sido exitosa, pero como en vez de subir, el precio del estaño bajó aún muy por debajo de los costos de producción del metal, esa nacionalización fue un “fracaso”, no por la nacionalización en sí misma, sino por factores externos.
En general se puede afirmar que las nacionalizaciones no son en sí mismas un éxito o un fracaso. Esas medidas, en el mundo contemporáneo, solo son éxitos o fracasos por los precios internacionales, es decir, si los precios son bajos, la nacionalización es un fracaso, pero si son altos, será buena.
No es, por tanto, que hay que agradecer el éxito a la nacionalización, sino lo que hay que agradecer y remarcar es que ese resultado se debe al alza de los precios de las materias primas y en particular a algunos países que por diversas causas hicieron producir ese efecto económico.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |