“Es demasiado el descaro y la necesidad de la no existencia (de mi hijo), me da lástima el proceder de tu ministro JR (Juan Ramón Quintana), debería de decirte la verdad a ti y a los bolivianos, en estos últimos años las decisiones más importantes en mi vida han sido conducidas por él, este es el resultado de su interés”, afirma la misiva.
La expareja del presidente Evo Morales, Gabriela Zapata, le envió al presidente Morales una carta manuscrita desde el penal en el que se encuentra en la que le pide que el ministro Juan Ramón Quintana sea acusado por los delitos por los que ella es sindicada. También explica por qué no aceptó tomarse la muestra de ADN el lunes.
No se pudo comprobar que la carta le fue enviada al Primer Mandatario. ANF obtuvo la carta de familiares de Zapata.
En varias partes de la carta, Zapata, que asegura haber tenido un niño con Morales, se refiere a él como “mi hijo”, pero no escribe “nuestro hijo”. También le dice que debería ser “primer ejemplo de Padre y si no lo ha sido debe serlo”.
Zapata añade que “el patrocinador, el fiscal y auspiciador es él, el (ilegible) tiene que ser juzgado en calidad de sindicado, él ha atentado contra el Estado nacional, yo sólo soy un instrumento”.
Al principio de la carta, Zapata dice que siente “lástima” que él “como dignatario de Estado permita que se juegue con la vida de un niño y permita que su existencia sea ultrajada dónde quedan los principios del proceso, es usted Padre de la Patria primer ejemplo de Padre también y si no lo ha sido debe serlo”.
La exnovia de Morales, acusada de enriquecimiento ilícito, denuncia en la carta que los abogados de Morales la amenazan durante las audiencias.
“Sus apoderados me amenazan, en cada audiencia le faltan el respeto a mi hijo, mi hijo no es un animal es un ser humano yo no soy una ‘cara conocida’ soy una mujer madre y ante todo merezco respeto porque duele parir, duele que mi familia de pertenencia, mis hijos estén llorando sangre”, expresa.
Luego relata las circunstancias en las que el 25 de abril fue conducida al IDIF, donde debía realizarse la toma de sangre para la prueba de ADN, a la que sí asistió el presidente Morales, para establecer si el niño es hijo de ambos. Explica que el oficial a cargo del traslado la llevó inicialmente a la UTOP para evitar que se encuentre en el IDIF con el Presidente.
“Cuando uno afronta la paternidad se hace de manera conjunta, no hubo la seguridad sin tu presencia para que el niño esté presente, no me voy a prestar a ningún juego más”, expresa, para añadir que “voy a someterte a una prueba con todas las garantías necesarias”. (ANF)
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