Exceso de luz perturba patrones de vida


En muchas ciudades del mundo nunca oscurece, aunque sea de noche. Esto se debe a la contaminación lumínica procedente de las farolas, luces de edificios, reflectores, luces de neón en las tiendas y otros negocios. Es sorprendente ver el brillo de las ciudades en el cielo cuando nos acercamos a ellas desde la carretera. Algunas emiten tanto brillo que podrían ser vistas desde las naves espaciales que orbitan la Tierra.

¿CÓMO NOS AFECTA?

El exceso de luz puede hacer que las estrellas desaparezcan, es decir, que sea difícil divisarlas desde la Tierra. Los astrónomos necesitan hacer su trabajo en lugares con poca luz para observar mejor el cielo nocturno.

En los años 1930, el Instituto de Tecnología de California construyó el observatorio de Montaña Palomar con un telescopio de 200 pulgadas. El lugar estaba muy oscuro y era perfecto para observar los cielos. Se podían ver cuerpos celestes muy distantes. Pero el sur de California comenzó a crecer, millones de personas se trasladaron allí, construyeron sus casas, sus negocios y conducían sus coches toda la noche. El resplandor del cielo resultante arruinó la visión celeste del observatorio.

El exceso de luz también puede dificultar el descanso de las personas. Una cerca alrededor de su patio no evita la luz de la casa de su vecino. Las luces deslumbrantes pueden cegar a los conductores y causar accidentes, al igual que las luces brillantes en el trabajo todo el día, te pueden provocar dolor de cabeza, elevar tu presión arterial y ponerte nervioso.

Durante millones de años los animales y las plantas se han adaptado al ciclo noche-día de la Tierra. La contaminación lumínica de las grandes ciudades también puede perturbar gravemente los patrones de vida de la fauna silvestre. ¿Has notado lo que sucede cuando dejas la luz del portal encendida por la noche en el verano? Permanece rodeada de insectos que se confunden por esta luz artificial.

Otro ejemplo de cómo las personas pueden afectar la vida silvestre con sus hábitos radica en las tortugas marinas. Las crías de tortugas marinas eclosionan por la noche, ellas son guiadas hacia el océano por su claridad en comparación con la oscuridad que rodea la playa. Lamentablemente mucho hoteles construidos en las playas cambian la iluminación del entorno y alumbran las playas. Las pequeñas tortugas son atraídas por estas luces y se dirigen hacia el interior de los hoteles, en lugar de ir al océano. De esa forma se convierten en la presa de varios depredadores, son atropelladas por los coches o simplemente se secan y mueren. En algunos países se han aprobado leyes que obligan a los hoteles a apagar sus luces exteriores todos los años, durante las semanas en que nacen las tortugas marinas.

 
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