El exceso de ruido también es un tipo muy común de contaminación, que puede causar problemas para los seres humanos y la vida silvestre, por ejemplo el estrés. Los medios de transporte, como los coches, trenes y aviones, causan la mayor parte del ruido fuerte en el planeta. Las personas que viven cerca de un aeropuerto pueden escuchar decenas de aviones rugiendo mientras se elevan hacia el cielo o aterrizan cada día.
En las casas cercanas a las vías del ferrocarril se escuchan silbidos estridentes y vibraciones repentinas día y noche. Incluso fuera de las carreteras y el tráfico de la ciudad circulan vehículos con grandes motores que perturbar la vida silvestre y humana. Pero eso no es todo, gran parte de la contaminación acústica es producida por máquinas, herramientas eléctricas, equipos de oficina, equipos de jardinería e incluso la música.
La contaminación acústica puede conducir a la pérdida permanente de la audición, aumentar el estrés, la presión arterial e incluso causar enfermedades del corazón. Las personas se enojan cuando se despiertan frustradas en medio de la noche por un ruido que les perturba el sueño.
El ruido fuera de las escuelas también puede distraer a los niños de su aprendizaje y concentración, al igual que puede asustar a la fauna silvestre y alterar su alimentación, apareamiento y migración.
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