Esmoraca exige la ruta del progreso: el camino hacia los Lipez

Antenor Fernandez Yañez


La conexión vial de Esmoraca, pasando por Viluyo o Santa Isabel, una distancia aproximada de 18 kilómetros conectará con San Pablo (Sud Lipez) y mejorará la calidad de vida de varias poblaciones en Sud Chichas-Potosí. (Ilustración A. Huarina, S. Mamani).
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Con 18 kilómetros de carretera, empalmando con Viluyo, Esmoraca se conectará con San Pablo de Lipez, obtendrá acceso a nuevos mercados en el norte con Uyuni, al oeste con Quetena, al este con Tupiza y al sur con Villazón y la Argentina, llevará su variada producción agropecuaria, mejorando su economía y calidad de vida de los pobladores en la cuenca alta del río San Juan del Oro.

La Ruta Vial 520, abrirá las puertas del progreso y permitirá la integración de Esmoraca con el resto del país, en la actualidad confronta limitaciones de todo orden para salir del atraso y abandono, pese a que durante la colonia y época republicana vivió la bonanza económica con la explotación del oro.

Nuevos Horizontes de EL DIARIO, desde La Paz, sede del Gobierno, recorrió 950 kilómetros por sinuosos caminos del valle chicheño en el sud de Potosí, hasta llegar a Esmoraca, antiguo poblado colonial, asentado cerca al hito 15 en la frontera con la República Argentina.

Esmoraca, se encuentra al pie del cerro “Azulejos”, donde resalta la cima del imponente “Galán”, en sus laderas, la tierra rojiza esconde las codiciadas pepitas de oro que es arrastrada por la lluvia hacia el río donde los antiguos pobladores, formaron empresas equipadas con tres dragas traídas desde la Argentina, tiradas por mulas y se dedicaron a lavar oro de alta Ley en el río Esmoraca.

La conexión vial que exige Esmoraca, tendrá su efecto multiplicador, por cuanto se beneficiarán centenares de familias asentadas en Valle Rico. Mojinete, Buenos Aires, Chuqui, Jallpha Huasi, Molle Puncu, Kheñua Cancha, Tres Cruces, Zapatera, obviamente San Pablo de Lipez, las empresas mineras de San Cristobal, San Vicente, Chilcobija, Tatasi, Uyuni, Prov. Enrique Baldiviezo, Las Quetenas y naturalmente el departamento de Potosí, que recibirán hortalizas, granos y frutas de calidad.

ENTERRABAN MANZANAS

En el pasado siglo, la generosa tierra permitía la variada producción de hortalizas, de grandes extensiones de papa, haba, maíz y trigo que eran triturados (molidos) en los artesanales molinos de piedra, pero había limitaciones para sacar esa producción a los centros de consumo masivo por la falta de caminos, solo en época seca se podía transportar carga por sinuosas sendas, quebradas y laderas, tanto a Tupiza como a Villazón, Santa Catalina (Argentina).

La forma de comercio era el trueque, por cuanto por este antiguo camino de tierra fue un ramal del QHAPAJ ÑAN (Camino del Comerciante o Rico), descendian del norte las caravanas de llameros trayendo la sal, simultáneamente los comerciantes con su cargamento en mulas y caballos tras pasar por Esmoraca subían a Los Lipez rumbo a San Cristobal, antigua mina descubierta por los españoles a fines de 1590 donde explota-ron plomo, plata y zinc.

“Ante la proliferación de moscas que se presentaba por la fruta en descomposición, no teníamos otra alternativa que enterrar manzanas, peras y otros”, recuerda un vecino del pueblo que demanda la conexión hacia Los Lipez, para salir del encierro y abandono que confronta Esmoraca, cuyas parcelas de cultivo están erosionadas, algunas inutilizadas por la contaminación de la actividad minera.

EL KHALAPARI Y AGUAS TERMALES

Desde tiempos remotos, estos pueblos conservan sus costumbres y tradiciones, “Unay Mikhunas” (comidas de antes), como el sabroso Khalapari, que identifica a Esmoraca, es un caldo ligero sazonado con carne desmenuzada de llama, papa, ají colorado, condimentos y la piedra volcánica que le da un toque y sabor al mismo y servido en plato de barro.

El Tacadillo, otro exquisito plato de media mañana y el Tarpuy Uchu (Ají de siem-bras), complementan esta tradición culinaria; la “Tijchincha” y los tamales, en la Festividad del Tata Santiago. en esta re-gión del valle de Los Chichas, en Semana Santa residentes radicados en el interior y exterior del país se concentraron en su pueblo natal para escuchar la misa de la Pascua de Resurrección en el restaurado templo (construído en 1724) donde se venera a San Fran-cisco, a la Virgen del Carmen y al Tata Santiago.

El ritmo carnavalero de Esmoraca es original, los hombres en dos columnas avanzan al centro, los primeros sacando melodías a sus pin-quillos y erques, los restantes golpeando sus “cajas” (tambores con cuero de cordero o chivo), completan la tonada levantando sus instrumentos girando con alegría, mientras las mujeres cantan melodías agitando sus banderas blancas.

La propuesta de Esmoraca, se trata de las Termas de “Chujchu Puncu” (Puerta del temblor), ubicadas al pie del cerro “Azulejos”, “Ga-lán” y “Orca”, estas aguas termales promoverán la actividad turística en la región.

EL DAKAR POR “EL TIRABUZON”

Partiendo desde Villazón, tomando el camino carretero hacia el oeste se llega a Berque y Casira, luego se trepa a la cumbre de “Sarcarí” refugio natural de las vicuñas y “suris” (avestruz andino), desde esta cima los viajeros dis-frutan con el espectacular panorama bajando por “El Tirabuzón”, un sinuoso descenso de siete kilómetros, en zig-zag, hasta llegar a la verde campiña de Valle Rico y cruzar por un puente sobre el río “San Juan del Oro”, el mis-mo nace en la puna Argentina (Jujuy) y por declive del terreno ingresa a Bolivia, por el hito 13 (Laguna Chica) constituyéndose con sus aguas, fuente de vida para los chicheños.

De concretarse la conexión vial de Esmoraca a San Pablo de Lipez, este camino de tierra puede constituirse en una alternativa para futu-ras competencias del Dakar, la prueba automovilística más difícil y exigente del mundo, es de imperiosa necesidad dotar a Esmoraca de alcantarillado y albergues turísticos.

ESMORACA COLONIAL

Los arqueólogos, tienen la hi-pótesis que antiguas etnias pro-cedentes de la Polinesia, na-vegando por el Pacífico, llega- ron y desembarcaron en las costas de Atacama, cruzaron el desierto hasta asentarse en la Alota, meseta de Los Lipez se presume que esta cultura por los restos encontrados es mas antigua que Tiahuanacu.

Buscando mejores condicio-nes de vida, estos grupos nóma-das, descendieron por los caña-dones hasta llegar a los ríos del valle chicheño, de clima agrada-ble, vivieron de la cacería y de la pesca, los restos de estas mile-narias culturas (chullpas) ce-menterios, se encuentran en va-rias regiones de la cuenca alta y baja del río San Juan del Oro.

La fundación de Esmoraca, se habría producido el 25 abril de 1447, revisando documentos, se establece que en 1835 ya era un cantón, segun las partidas emitidas por Jueces Parro-quiales, luego, mediante D.S. del 26 de agosto de 1863, durante la presidencia del Dr. José María Achá, se consolidó su creación.

Posteriormente, el 5 de febrero de l858, la Provincia de Los Chichas se dividió en seccio-nes judiciales y Esmoraca pasó a formar parte de la Segunda Sección Provincial con los can-tones de: Portugalete, Talina y Tupiza.

La Gobernación de Potosí, mediante el Ser-vicio Departamental de Caminos (SEDCAM), tiene la tarea de abrir el camino de Esmoraca hacia San Pablo de Lipez en 18 KILOMETROS y permitir que esos pueblos se integren al resto del país.

(Antenor Fernández Yañez Cel. 73041229)

 
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