Para corregir el pie plano en los niños

La niñez es la edad oportuna para corregir cualquier problema. Uno de ellos es el pie plano. Sucede que muchos padres no prestan atención a las quejas de dolor de pies de sus hijos luego de corretear, a las constantes caídas por haberse tropezado con sus mismos pies y el que algunos pidan que se los levante porque se cansaron.

“El pie plano es un problema común que se caracteriza por la falta de la bóveda plantar que causa que toda la superficie de la planta tenga contacto con el suelo. La huella de un pie plano es fácil de reconocer, porque carece de la curva normal que tiene el pie o está menos pronunciada”, explica el traumatólogo pediatra Óscar Bascopé.

El especialista afirma que los infantes nacen con pie plano en mayor o menor grado, porque tienen en la cara interna del pie una especie de grasita que el cuerpo absorbe a medida que se va formando el arco plantar y se fortalece la musculatura al caminar. Cerca de los 2 años y medio ya se debería haber formado un esbozo del arco, de no ser así se pensaría que existe un cierto retraso en el desarrollo normal.

“Debe llamar la atención un niño al que le duelen los pies y las rodillas, y que no haya formado el arco plantar más allá de los 2 años y medio. Se debe considerar excepcionalmente los casos de los niños que demoran en caminar más allá del año y 8 meses. Hay que esperar un poco, porque si no hubo estímulo de la musculatura al caminar no se ha comenzado a formar la bóveda plantar”, dice Bascopé.

CAUSAS

Entre las causas que pueden producir un pie plano están las hereditarias como el pie flexible y el rígido. Además del pie plano adquirido que se desarrolla por un mal hábito al sentarse en forma de “W” con los pies hacia afuera y en otros casos por el sobrepeso.

Pie plano flexible: Está considerado como uno de los más comunes y se refiere a que el pie es plano cuando la persona lo apoya en el suelo, pero al levantarlo el arco se forma. Se origina en la niñez en ambos pies y su gravedad va aumentando con los años.

Pie plano rígido: Este tipo de pie no presenta arco plantar en cualquier circunstancia. Se debe a deformaciones congénitas que requieren ser evaluadas cuidadosamente y en un estadio temprano para evitar una alteración gradual en la marcha. Puede causar mucho dolor e ir acompañado de una retracción del tendón de Aquiles.

Pie plano adquirido: Se desarrolla con la edad y, por lo general, se debe a un mal funcionamiento del tendón del músculo tibial posterior, que puede acabar dañándose e incluso rompiéndose.

“Los niños con pie plano tienden a tener una deformidad en sus pies provocando un retraso en su arco plantar, que incide en que la pisada sea con toda la planta del pie, sin tener un punto de apoyo correcto en los metatarcianos, y el talón hace una pisada con rotaciones irregulares caminando de puntas o girando las piernas hacia adentro, ocasionando en algunos casos dolor”, afirmó el traumatólogo.

El especialista enfatizó que se debe diferenciar el dolor de crecimiento, que es simétrico en brazos y piernas, del dolor que solo es en los pies y rodillas. Esto usualmente ocurre luego de jugar por tiempo prolongado. El hecho de tropezarse con los mismos pies también debe llamar la atención de los padres.

“Los pacientes dicen que eran iguales a esa edad y yo les pregunto si no les duele las rodillas cuando hacen actividad física, a lo que responden, casi todos, que sí. No hay una cultura para corregir estos detalles que en muchas ocasiones no necesitan de un tratamiento con plantillas, sino un tipo de fortalecimiento muscular que si no se atiende empeora provocando que las piernas estén en X y les duela”, dijo Bascopé.

TRATATAMIENTO

El tratamiento para cada caso es diferente, luego de un diagnóstico preciso se procede al procedimiento respectivo. Dependiendo si se trata de un problema de hiperflexibilidad se realiza un fortalecimiento muscular y en caso muy severo se acude a las plantillas a partir de los 3 años, que es muy práctico para usarlo en zapatos o tenis.

“El tratamiento en ocasiones puede ser largo y las personas deben estar muy comprometidas para que llegue a un buen término. No bastará con utilizar unos 3 a 6 meses las plantillas, se deberá trabajar en cambiar los malos hábitos y adoptar los correctos”, finalizó el traumatólogo.