El Partido Republicano se revuelve entre la incredulidad, el rechazo y la aceptación de que su futuro está en manos de Donald Trump, un magnate explosivo e imprevisible, con un récord histórico de desaprobación entre los votantes estadounidenses.
La inesperada retirada de Ted Cruz y John Kasich, tras la victoria de Trump en las primarias de Indiana, ha dejado a los republicanos frente a un escenario ante el que muchos aún no dan crédito: el multimillonario neoyorquino es su candidato oficioso a la Casa Blanca.