Anillos de seguridad en plaza Murillo provoca que se deje desprotegida a La Paz

La gran cantidad de efectivos de la Policía Nacional, que ha cerrado el acceso a la plaza Murillo y efectúa el resguardo en ocho manzanas a su alrededor, para evitar que las personas con discapacidad ingresen a ella, dejó desprotegida a la ciudad de La Paz, según las denuncias de la población en general. Se observa también el perjuicio económico que el cerco está causando a los negocios que existen en ese amplio sector, aparte de impedir el paso por ella para realizar trámites administrativos.

Al respecto, la Policía informó que los jefes de unidades deben rotar, junto a su personal, para cumplir la vigilancia en este sector, lo que impide el patrullaje habitual, así como recibir las denuncias en la Fuerza Anticrimen.

“Nosotros estamos realizando parcialmente el trabajo, el cual se restablecerá en cuanto desaparezcan este tipo de protestas, y que no se afecte el derecho de los demás ciudadanos”, afirmó el comandante de la Policía, Édgar Téllez, al ser consultado por EL DIARIO sobre el incremento en el resguardo al Palacio de Gobierno y a la Asamblea Legislativa.

La caravana de personas con discapacidad se apostó con más de medio centenar de carpas en una vigilia permanente en la calle Junín esquina Indaburu, desde abril, mientras aún mantiene el pedido al Gobierno de un bono de 500 bolivianos mensuales.

VEHÍCULOS Y PERSONAL

Las quejas por la falta de efectivos se hicieron notorias esta semana, por ejemplo, en la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv), donde en la semana el director de esta unidad se encontraba al mando del resguardo en plaza Murillo, por instrucciones superiores.

Dos abogados de víctimas denunciaron este sábado que el jueves no se pudo contar con el trabajo de los investigadores para realizar notificaciones, debido a que estos estaban destinados al contingente de los dos anillos de seguridad.

Por otro lado, en zonas de El Alto y la periferia de La Paz se comprobó que las estaciones policiales integrales (EPI) han cerrado sus puertas para que su personal y sus vehículos presten guardia en el kilómetro cero, con lo que la desprotección a la seguridad ciudadana quedó sumamente reducida o sencillamente no existe. Esto último se puso de manifiesto, ayer en la la avenida Max Paredes, zona Munaypata, al producirse hechos delictivos que resultaron ser incontrolables.

Otros sectores donde más se ha notado la falta de efectivos es en inmediaciones de la avenida Buenos Aires, declarada zona roja, por la gran cantidad de antisociales que circulan por esta populosa arteria.