Durante la primera intervención televisiva del presidente interino de Brasil, Michel Temer, vecinos de barrios de São Paulo, Río de Janeiro, Porto Alegre y Brasilia salieron a las ventanas para golpear sartenes y ollas, al grito de “fuera Temer” y “golpista”.
Tres días después de la suspensión temporal de la presidenta, Dilma Rousseff, le tocó el turno a su sustituto, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), mientras concedía su primera entrevista televisiva al programa dominical Fantástico de TV Globo.
Las protestas se hicieron oír especialmente en barrios de clase media. “Yo puedo ser impopular. Si resulta en beneficios para el país, para mí basta”, comentó Temer en televisión.