Hasta 2019 se debe evidenciar todas las irregularidades del Gobierno

Los últimos acontecimientos políticos con la detención de abogados por el caso Zapata, el amedrentamiento a los medios de comunicación independientes, a periodistas y la Iglesia muestran un país con una “democracia nominal”, donde el Gobierno tiene el control absoluto de todos los órganos del Estado. Para revertir este escenario, se debe denunciar y poner en evidencia a diario, todas las irregularidades que se cometen en la administración estatal para que el 2019 la ciudadanía acuda a votar conociendo la realidad del país, según el análisis de la diputada Jimena Costa.

“Lo que tenemos que hacer cada día es poner en evidencia todas las irregularidades que cometa el Gobierno, durante todos los días y con las pruebas hasta que al cien por ciento del pueblo boliviano le quede claro que esto no había sido un proceso de cambio sino una nueva élite que lo que quería era encaramarse al poder para beneficiarse el resto de su existencia”, afirmó la legisladora paceña de Unidad Demócrata (UD).

Tras la última revelación de periodista Carlos Valverde que aseguró que el hijo de Evo Morales nunca existió detuvieron al abogado Eduardo León y a la “tía” de Gabriela Zapata, Pilar Guzmán, ambos acusados del delito de trata de personas, impedir o estorbar el ejercicio de funciones, por engaño a personas incapaces y asociación delictuosa. También existe una orden de aprehensión en contra del jurista Williams Sánchez, acusado de los mismos delitos.

Otro hecho que marcó los acontecimientos de la pasada semana fue la interpelación en la Asamblea Legislativa al ministro de la Presidencia, Ramón Quintana, por el caso de “tráfico de influencias” en el caso CAMC, acto que, sin embargo, se convirtió en una suerte de amedrentamiento de Quintana hacia los legisladores de la oposición, medios de comunicación, periodistas, la Iglesia Católica y el Gobierno de Estados Unidos.

Quintana calificó a un grupo de medios de comunicación como un supuesto “cártel de la mentira”. Además dijo que esas instituciones se acoplaron para hacer una campaña de desprestigio contra el Gobierno, presuntamente basado en “mentiras”.

Apuntó que estos medios y opositores repitieron hasta el cansancio las consignas lanzadas por Valverde sobre supuesto el tráfico de influencias y el hijo de Zapata. Para el Ministro de la Presidencia se trata de una “trama difamatoria, mentirosa y golpista” contra el actual Gobierno.

SIN DEMOCRACIA

En ese marco, Costa afirmó que desde hace mucho tiempo en Bolivia ya no existe una democracia regular o plena.

“A partir de todo lo que está pasando el pueblo boliviano tiene que pensar dos veces antes de creer que estamos en una democracia regular. La democracia se ha vuelto nominal o virtual, ya no podemos hablar de que en Bolivia existe Estado de Derecho desde hace mucho tiempo atrás y lo peor es que ahora el Gobierno no hace nada por disimularlo”, afirmó Costa.

TAREA

Entonces la consulta a la Legisladora es: ¿Existe alguna forma de que la situación cambie en el marco del respeto a la Constitución Política del Estado? A lo que Costa respondió que sí y la forma de hacerlo es informando a la sociedad los actos irregulares que se susciten dentro la administración estatal.

Entonces, la tarea sobre todo de los legisladores y también de los medios de comunicación debe partir por ese principio, según Jimena Costa, tomando en cuenta que dentro de tres años los bolivianos acudirán a elegir a un nuevo gobernante.

“Nuestra tarea es que los próximos tres años y medio todos los días mostrarle que esta es una gestión tan mala o peor que la anteriores y que ninguna de las anteriores y tuvo la cantidad de plata que este Gobierno tiene para usar pero en beneficio particular (…). Hay que demostrarle al país que mintieron que no les interesaba el pueblo ni el cambio ni los indígenas, que son una cleptocracia y después de eso, recién en 2019 vayamos a competir a las urnas cuando la gente tenga abiertos los ojos”, manifestó Costa.

DEFINICIÓN

Se entiende por cleptocracia al “establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital, institucionalizando la corrupción y sus derivados como el nepotismo, el clientelismo político y/o el peculado, de forma que estas acciones delictivas quedan impunes debido a que todos los sectores del poder están corruptos, desde la justicia, funcionarios de la ley y todo el sistema político y económico”.

Es un término de reciente acuñación, y se suele usar despectivamente para decir que un gobierno es corrupto y ladrón.