Estos son los últimos descubrimientos científicos sobre el tema y sus consecuencias. Ya sabemos que el núcleo terrestre es una bola sólida de hierro cuyo diámetro similar a la Luna y que se encuentra bañada con una capa externa de aleación de hierro fundido de un tamaño aproximado al de Marte. Este fluido denominado magma es como el aceite del motor en un coche, lubrica el núcleo para que se pueda mover libremente sin depender de la Tierra. Estos movimientos del núcleo generan unas corrientes denominadas corrientes de convección.
Después de siglos de estudio los geólogos han logrado realizar un mapa completo de las corrientes de convección que se producen en el manto de la tierra. Además se ha descubierto que estas corrientes se mueven diez veces más rápido de lo que hasta ahora se pensaba. Este descubrimiento nos permite saber cosas que hasta ahora no era posible: desde cambios en la estructura del planeta hasta la posibilidad de que nuevos combustibles fósiles sean creados. El geólogo Marcos Hoggard de la Universidad de Cambridge afirmó en un comunicado tras este descubrimiento que “en términos geológicos, las sacudidas de la superficie de la Tierra hacia arriba y abajo son como una especie de yo-yo”.
Nuestro planeta no ha podido ser atravesado por completo y su interior sigue siendo todo un misterio para los geólogos. Su trabajo se basa en mediciones y en deducciones de lo que posiblemente pueda haber en el centro de la Tierra, pero por ahora atravesar el manto para llegar a el núcleo, que se encuentra a una profundidad de 5.000 Km y que comenzó a solidificarse hace mil millones de años con un crecimiento de unos 0,5mm por año, es aún una misión pendiente para los expertos. A pesar de esa dificultad y gracias a los nuevos perfiles de reflexión sísmica de alta resolución creados por la industria petrolera, lo geólogos pueden explorar profundamente la corteza terrestre y con ello medir la reflexión y refracción de las ondas sísmicas a medida que se acercan al núcleo. Este método permite medir cambios en la litosfera y la atenosfera que a su vez, se pueden relacionar con los cambios en el manto.
Estos estudios sobre el interior del planeta nos pueden ayudar a explicar muchas cosas como por ejemplo que las convecciones en el manto pueden ocasionar un impacto sorprendente en el clima de la Tierra, e incluso afectar a las corrientes marinas. Por ejemplo, la Corriente del Golfo lleva el agua caliente desde el Golfo de México hasta la costa oeste de Europa, algo que varía con los movimientos del manto. Además, la convección del manto está relacionada con la formación de los sistemas geotérmicos, como Yellowstone o los archipiélagos, que surgen entre placas tectónicas.
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