Cervantes en la capital del sol y la sonrisa

Mucho antes que el celebérrimo escritor don Miguel de Cervantes Saavedra, escribiera el famoso Quijote de la Mancha, desde Sevilla el 21 de mayo de 1590 dirige una carta al monarca español Felipe II, en la cual solicita se le otorgue alguno de los oficios que entonces se hallaban vacantes en el Nuevo Mundo, entre los cuales menciona el de Corregidor de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, que por aquellos años presidia el Cabildo de la Ciudad, integrado por Alcaldes, varios Regidores y prominentes hombres públicos.

Seguramente, de otorgársele dicho cargo Bolivia podía haber contado con el raro privilegio de ser la cuna del Ingenioso Hidalgo, por lo cual dentro de los solemnes actos recordatorios del IV Centenario de la Fundación de ciudad de La Paz, el 20 de octubre de 1948 el Honorable Concejo Municipal aprobó a favor de Cervantes el nombramiento de Corregidor Perpetuo de la ínclita ciudad, momento a partir del cual la figura del caballero andante rebasa las fronteras de la España peninsular y en alas de la fantasía las aventuras del Quijote y su leal escudero se trasladan hasta suelo patrio.

El distinguido profesor boliviano don Luis R. Quiroz, residente en los Estados Unidos, bajo el epígrafe de “Cervantes y don Quijote en Bolivia” (La Paz, 2009) ha logrado reunir en una monumental obra de 950 páginas, los textos de autores nacionales dedicados al tema en los géneros de novela, cuento, poesía, teatro y ensayo, destacando entre otras firmas consagradas las de Abel Alarcón, Gregorio Reynolds, Ricardo Mujía, Guillermo Francovich, Joaquín Gantier, Porfirio Díaz Machicao, Gastón Suarez y Edgar Ávila Echazú.

Entre los folios apócrifos ambientados en este nuevo escenario, con galana pluma Juan Francisco Bedregal describe su arribo a la ciudad recostada a los pies del Illimani: “¡A La Paz he dicho!, y hasta La Paz llegaremos, magüer se opongan magos o hechiceros, y mientras Dios sea servido de no cortarse el hilo de la nueva existencia que plúgole otorgarme para bien suyo y tormento de villanos (…) donde, según reza la tradición, existen todavía doncellas que han menester del amparo de mi lanza, del bálsamo de mi palabra y el calor de mi corazón; cautivos que redimir y entuertos que enderezar…”

Pero las correrías del caballero andante y su bonachón escudero por suelo patrio no se detienen allí, pues en homenaje al IV Centenario de don Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), que a nivel universal se ha celebrado durante todo abril, en este mismo mes, en los fértiles valles del sur de la república bañados por el Guadalquivir, como cierre de la efeméride departamental, a pedido del Alcalde y los pobladores de la capital de la provincia Méndez, la Gobernación del Departamento ha decidido declarar al Quijote Corregidor de San Lorenzo, anunciando que una copia de Resolución se remitirá a la ciudad natal de Cervantes (Alcalá de Henares) y otra a Sevilla, por ser la cuna donde fuera gestada su famosa obra.

Aquí cabe recordar que Cervantes pasó la mayor parte de su vida en tierras andaluzas y embebido de su entorno, llegó a ensamblar en su obra maestra los paisajes de esa zona con la lejana tierra de los molinos de viento en una legendaria geografía de sueños, y ya que en un cuento póstumo del gran vate chapaco Oscar Alfaro difundido por tierras españolas, la figura del ingenioso hidalgo y su escudero es rediviva en nuestro tiempo, los afables habitantes de la “chura” Tarija, conocida también como la “Andalucía boliviana”, esperan que en mérito de tal nombramiento la inmortal pareja afinque por estos lares, para regocijo popular de toda la ciudadanía tarijeña…