La cumbre humanitaria mundial, inaugurada el lunes en Estambul, contó con la presencia de delegaciones de 172 países, entre ellos 55 jefes de Estado o de gobierno, la gran mayoría de Estados africanos y asiáticos.
“También el desarrollo sostenible y el cambio climático necesitan amplias inversiones. Espero que los líderes del G-7 lo entiendan. No han podido participar, e intento entender su situación difícil, pero espero que se comprometan más en la implementación”, reiteró Ban.
Entre las propuestas, se lanzó un “compromiso a la acción” para ayudar a las personas afectadas por guerras o catástrofes naturales, una iniciativa encabezada por la ONU y otros organismos internacionales y que cuenta con el apoyo del Banco Mundial (BM) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Las organizaciones involucradas acordaron “poner en práctica una nueva forma de trabajar durante una crisis que apuntará, no solo a atender las necesidades humanitarias sino también a reducirlas a lo largo del tiempo”, según informó la ONU.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anfitrión del encuentro, dijo que unas 9.000 personas participaron en la cumbre, dedicada a buscar soluciones más eficaces para ofrecer asistencia de emergencia, proteger mejor a los trabajadores humanitarios y combinar la ayuda en momentos de crisis con la que se ofrece para un desarrollo a largo plazo.