Aquella mala jugada

Afecto a las carreras épicas y a marcar hazañas sobre cualquier circuito, el inglés

Lewis Hamilton dio otra muestra de talento y tenacidad al vencer en Mónaco, exigencia que a priori no parecía tarea demasiado viable. Ocurre que todo parecía dispuesto en el espacio de asistencia para que Daniel Ricciardo reposte neumáticos y siga de líder de la prueba, pero no fue así porque los comprometidos de este accionar se equivocaron y el australiano estuvo parado más de 13 segundos que en una carrera de fórmula-1 significa un día. Error en Renault y su piloto pagó la factura. Tal vez para entender más que para saber porque pasaron las cosas que pasaron ayer domingo, porque el que sacó ventaja de ese equívoco fue el campeón Hamilton, quien colocó su monoplaza a escasos milésimos cuando el piloto de Red Bull salía de boxes, aquella simpleza con la que el inglés definió la decisiva maniobra movió algunas críticas hacia el actual campeón quien de esta manera pasó a ser líder hasta el final de una competencia irregular por la lluvia y por la cantidad de abandonos debido a despistes por el estado del piso. En medio de ese oscuro panorama que vivió Ricciardo, porque no hubo milagro alguno, porque el Mercedes rindió de acuerdo a su resistencia y confiabilidad hasta consolidar su cuarta victoria consecutiva en el principado de Mónaco. Así, Hamilton sumó su 44 victoria en competencias de f-1 y su segundo palmarés en Mónaco.

Sebastián Chávez