Venezuela al filo de la navaja

Por dramáticas circunstancias atraviesa la república de Venezuela como resultado de una crisis económica devastadora a la que se suma otra de tipo político de grandes proporciones. No es posible pronosticar el desenlace final que tendrá ese proceso, pero se puede anticipar que el régimen populista establecido hace alrededor de 15 años está terminando y dará origen a un nuevo orden de cosas que coloque a esa nación en el verdadero sentido de su desarrollo histórico.

Siguiendo el orden de los acontecimientos, en primer lugar Venezuela empezó a sufrir los efectos de un manejo arbitrario de la economía, política que culminó con la muerte de su inspirador, el caudillo Hugo Chávez. Se pensó, enseguida, que la situación sería rectificada, pero, pese a todo, mantuvo el ritmo de la decadencia, hasta llegar a la situación política convulsiva que ahora se registra. A ese panorama se agrega el derrumbe de los precios del petróleo, el colapso de los regímenes populistas de Argentina y Brasil y la debilitación de algunos de sus satélites.

En lo interno, el país venezolano padece hambre, escasez de medicinas y alimentos, sufre una ola de delincuencia, está afectado de la corrupción, etc., pero, ante todo, ha perdido la orientación histórica, no sabe a dónde va y el proyecto populista de “construir el socialismo” sobre las bases descompuestas de un viejo comunitarismo (con el detalle de evitar el desarrollo capitalista), ha provocado un caos generalizado que, lógicamente, podrá terminar en la necesaria rectificación histórica que podrá darle nuevos conductores.

Un proyecto de ley para un referéndum revocatorio que no acepta el gobierno, resultó la gota que colmó el vaso. La situación se ha caldeado hasta el rojo vivo e inclusive, en su reemplazo, se perfila un golpe militar que podría dar al traste con las esperanzas de una tabla de salvación. Sin embargo, un pueblo como el venezolano encontrará la fórmula de solución, la cual anticiparon sus nuevos líderes políticos que consistiría en un gobierno provisional revolucionario que aplique soluciones de urgencia a las circunstancias y convoque a una asamblea constituyente que dicte una nueva Constitución e inclusive elija a un nuevo Presidente.

Venezuela está sentada sobre varias bombas con la mecha encendida: el estado de excepción; amenaza de confiscación de fábricas; movilización del ejército para aplastar “cualquier ataque”; marchas de protesta que exigen referéndum; cortes de luz, agua y escasez general de alimentos básicos que se agudizan y una sequía intensa que ha causado saqueos, barricadas y protestas que permiten confirmar que la Patria de Bolívar se encuentra viviendo una situación política revolucionaria que siempre termina poniendo borrón y cuenta nueva.