Aunque todavía no ha levantado nunca la Copa de los Mosqueteros, el serbio Novak Djokovic ya manda en París, donde impone su estatus de número 1 del mundo, en la pista y fuera de ella. En su último duelo, que le sirvió para meterse en octavos de final contra el británico Aljaz Bedene, manejó el partido a su gusto con el objetivo de que acabara antes de que se echara encima la noche. Al final, cuando iba a hacer la entrevista desde la pista con la que se cierra cada duelo en las canchas principales, se permitió el lujo de llamar al árbitro del partido. “Va a hablar el árbitro, bajo mi responsabilidad”, aseguró ante la hilaridad del público, en una actitud que recordaba a la frase “el Estado soy yo” que pronunció Luis XIV de Francia.