Sin exploración no hay petróleo

Muchas veces en los últimos diez años se ha sostenido la necesidad de que tanto YPFB como las empresas extranjeras a quienes se les cambió los términos de contratos, realicen trabajos de prospección y exploración de nuevas áreas hidrocarburíferas; lamentablemente, nada se hizo en el campo de la exploración para conseguir nuevos yacimientos de petróleo y gas.

Las labores de exploración en todos los campos de países productores de petróleo han implicado la inversión de mucho dinero y, además, tiempo para conseguir resultados; parecería que en nuestro país se piensa que tan solo con algunos intentos se lograría resultados positivos y la verdad es que las empresas extranjeras que trabajan en el país extrayendo petróleo y, sobre todo gas, poco o nada han invertido en exploración, especialmente con miras a aumentar las reservas, nada se hizo en tiempos de auge de los precios; parecería que se espera que haya precios altos para el petróleo y recién se encararía labores de exploración.

En mayo de 2006 el gobierno dictó un decreto por el que se “nacionalizaba” los yacimientos que estaban a cargo de inversionistas extranjeros; pero la realidad mostró que no hubo tal nacionalización, porque no se procedió a una real confiscación de las propiedades o concesiones que tenían las compañías; así, el proceso de “nacionalización” solo se refirió a un cambio de contratos y las empresas continuaron trabajando, con la única diferencia de que se incrementó los ingresos para el Estado mediante el aumento de impuestos y, por otra parte, subieron las regalías. La producción ha continuado en más o menos 60 millones de metros cúbicos que alcanzan para cubrir parcialmente los contratos con Argentina y Brasil y atender la cobertura del consumo interno.

Según estudios de entendidos, la “nacionalización” mantiene los mismos mercados de venta de la materia prima (gas) que ya se tenía desde la década de los setenta y noventa, Brasil comprador de 30 MMmcd y Argentina de 15 MMmcd sujeto a ser aumentado a 26 MMmcd. La producción tope a la que llegó el gobierno en esta década fue de 60 Mmcd de gas (volumen promedio 2014) y no el mínimo de 100 MMmcd que se necesita interna y externamente. Se anota también que “las reservas en la actualidad son de 10,45 TCF y certificados por organismos internacionales, lo cual permitirá tener ingresos por el gas un tiempo más”.

Evidentemente, un aumento en los precios internacionales favorecerá al país; pero hasta ahora las perspectivas son mínimas y lo más probable es que falte mucho tiempo para conseguir incrementos. Lo grave radica en el hecho de que Argentina podría pedir que se incremente nuestras ventas conforme a contratos y, de no hacerlo, se tendría que pagar las diferencias con precios vigentes internacionalmente, aparte de cubrir una multa del 15%. En síntesis, sin inversiones de tecnología y capital para exploración, es imposible pensar en aumentos sustanciales de la producción.