Enatex condenada al cierre definitivo

Es extraño que en el país cuando más necesarias son instalaciones industriales y que generan empleo, se hace hasta lo imposible para no encontrar remedios precisos para impedir el cierre de importantes industrias. Este es el caso de Enatex que, originalmente, ante dificultades que confrontó el propietario, el Gobierno decidió hacerse cargo con la promesa y seguridad de solucionar todos sus problemas; pero el remedio resultó peor que todos los males y Enatex ha llegado al extremo de vender la poca mercadería que producía a precios prácticamente regalados, tan sólo para pagar salarios y comprar algo de materia prima para continuar operaciones.

Últimamente, sin que se haya anunciado en ningún momento posibles remedios a la situación, la única y más expedita fue que el Gobierno decida cerrar Enatex, sin importar que más de 800 trabajadores queden cesantes. El caso es dramático y preocupante no solamente para esos empleados y obreros que no contarán con trabajo alguno y que, al menos de momento, se ven obligados a aceptar las condiciones en que las autoridades les paguen los beneficios sociales que les corresponde.

El Gobierno, en diez años, ha sostenido la urgencia de crear fuentes de riqueza no sólo para diversificar la economía sino para abrir fuentes de trabajo seguro y estable; con ese fin ha creado algunas empresas (por ejemplo, Papelbol, Cartonbol y otras) con inversión de muchos millones de dólares y han fracasado. ¿Qué es lo que pasa en las políticas de inversiones, producción, creación de empleo y diversificación de la economía que el régimen no acierta a conseguir éxitos?

El cierre de Enatex es la prueba pura y simple de incapacidad, falta de criterio, carencia de vocación para el trabajo, ineptitud para hacer gestión y administrar debidamente una empresa productiva. Enatex es una empresa que con los apoyos financieros necesarios para la importación, mejoramiento y arreglo de maquinaria pudo haber salvado sus problemas, una empresa que si no contaba con la competencia del contrabando y, mucho más, de la venta de ropa usada, delitos que no se quiso frenar, es hora de que pudo haber alcanzado mucho éxito y, además, al ampliar instalaciones, ser fuente segura de empleo.

Por otra parte, hacer que el Atpdea de los Estados Unidos deje de hacer negocios con el país y hasta ahora no se haga nada por retomar convenio tan importante, es factor decisivo no solo para mantener seguras las exportaciones de nuestra industria con arancel cero, sino que es freno para otras inversiones. Precisamos industrias, pero necesitamos darles garantías evitando acciones disociadoras en lo social, y facilitando acciones y políticas que permitan su crecimiento y trabajo garantizado. No se debe hablar de industrializar el país sino se cuenta con medios y condiciones que hagan ciertas esas políticas que no solo creen riqueza sino que generen empleo. Entretanto, ¿qué se hará con 800 empleados y obreros de Enatex que han sido declarados cesantes?