Concierto Lírico de la Sociedad Coral Boliviana

En fechas pasadas hubo varios conciertos que, seguramente, han tenido relevancia importante, de los que nos hemos privado de escuchar y comentar como ya acostumbramos, debido a viajes constantes.

El día 21 de mayo asistimos al Concierto Lírico de la Sociedad Coral Boliviana en el Teatro 6 de Agosto, que se está abriendo a los espectáculos de música culta. En esa noche, en oposición a la demostración profana del Gran Poder, los asistentes tuvimos el agrado de cautivarnos en un espacio casi lleno del Teatro.

La prestigiosa Sociedad Coral Boliviana, conocida en el país y en el extranjero por la calidad de sus interpretaciones, nos dio un espectáculo de elevado rango, en el que participaron solistas que se están haciendo conocer, y algunos que ya tienen un reconocimiento de prestigio, como María Renée Ayaviri y José Luis Duarte.

De Gaetano Donizetti el tenor Milton Soria ofreció dos trozos de la ópera Lucía de Lammermour; pero fue en Va Pensiero de la muy conocida ópera Nabuco, de Verdi, en que se lució el Coro en su conjunto, tan bien cantado que, siempre arranca un emocionado palpitar del auditorio que tributó al Coro y a su Director un caluroso aplauso. Siguieron el Coro de Gitanos de IL Trovatore del mismo autor con una hermosa voz de Jacqueline Inchausti; y de la Forza del Destino, La Vergine degli Angeli, cantada por la soprano María Renée Ayaviri y el barítono Jorge E. Núñez. La reaparición de María Renée Ayaviri en La Paz, después de una ausencia de varios años, fue un grato acontecer para quienes la hemos admirado en varios conciertos.

En la segunda parte, el director José Lanza Salazar recibió un emocionado y justo homenaje por el 50 aniversario de la Sociedad Coral Boliviana, dando lectura a una carta de reconocimiento filial de sus hijos y la entrega de un cuatro pintado por uno de los integrantes de la Coral.

Prosiguió el concierto con el brindis de L’Elixir d’ Amore de Donizetti, cantado por el barítono Jorge E. Núñez y la contralto Beatriz Peñaranda y luego de la ópera Carmen de Bizet, también por Beatriz Peñaranda y las coplas del Toreador por el barítono Núñez y el tenor Pablo Delgado. Estas partes nos hicieron rememorar a María Renée Ayaviri que cantó La Habanera con mucha dulzura en conciertos de otrora y a Jorge Soliz, ese barítono que cantaba el Toreador y Vesti la Juba de Pagliacci con una voz resonante y plena de dramatismo. Prosiguió el Brindis de Marina de Emilio Arrieta, que cantaron solistas y coro con mucha precisión y sonoridad.

Finalmente, cerraron el programa dos escenas de la ópera La Traviata, de Verdi, el Coro de Gitanas y el Brindis, éste último con la intervención magistral de María Renée Ayaviri, con cuya voz hemos vuelto a deleitarnos y José Luis Duarte, que se perfila como un tenor excelente, que repitieron el brindis, ovacionados por el auditorio.

Fue un concierto espléndido, brillante que nos está gritando la necesidad de un Teatro de Ópera en La Paz, tantas veces reclamado en el sitio del Panóptico.

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