Estudio del arte rupestre recupera iconografía ritual

Un estudio del arte rupestre de la cuenca del Titicaca –Bolivia y Perú– realizado por 30 años, por un equipo de investigadores, demuestra que en la región lacustre existió una tradición ceremonial milenaria, expresada en pinturas y grabados, que perdura hasta la actualidad.

Por primera vez se publica un texto con una significativa gama de enfoques de los diferentes períodos registrados en el lago sagrado, dijo a EL DIARIO Matthias Strecker, de la Sociedad de Investigación del Arte Rupestre de Bolivia (Siarb), y asegura que, “antes de los incas, que pensaron que el Padre Sol había salido de la roca sagrada del lago, había santuarios, que son usados en ceremonias que mantienen aún los pobladores aymaras”.

INVESTIGACIÓN

La obra científica presentada la pasada semana y editada por Strecker, durante cuatro años, reúne investigaciones de expertos internacionales en 14 capítulos con más de 600 ilustraciones, incluyendo numerosas fotografías a color. Su publicación estuvo coauspiciada por la Fundación Alemana para el Estudio de las Culturas Antiguas en América y la Fundación Simón I. Patiño.

“Es una investigación de tres décadas de estudio de autores de Bolivia, Perú, Austria, Alemania y EEUU que juntamos esfuerzos después de un congreso de la Siarb realizado en 2012”, remarca Strecker.

El texto titulado “Arte Rupestre de la región del lago Titicaca (Perú y Bolivia)” expone la concentración de imágenes en diferentes lugares de la región del Lago Sagrado y permite apreciar una coherencia de las tradiciones de grabados y pinturas, una iconografía con representaciones antropomorfas, zoomorfas y abstractas que fue plasmada durante miles de años con el uso de diferentes técnicas.

INVENTARIO

La publicación es una visión del arte rupestre del lago Titicaca desde el Arcaico hasta los tiempos actuales, pasando por la Colonia y la República, revisa cerca de 150 sitios con pinturas y grabados, incluidos monumentos incas de la isla del Sol y de la región de Copacabana.

“Pero la falta de conservación de sitios como la Horca del Inca o Intinkala en Copacabana y donde también se perdieron lugares con arte rupestre, demuestra que no se cuenta con una adecuada administración, por lo que es necesario hacer algo más”, añade el experto.

Son tradiciones de diferentes períodos –explica Strecker– como en el tiempo de los cazadores en el Arcaico (de 8000 a 6000 a.C.) con la representación de la caza de camélidos silvestres, también surge una gama de grabados y pinturas en el Formativo (2000 a 1100 a.C.) con esculturas rupestres rocosas, figuras de serpientes y mascarones.

FORMA Y COLOR

Informa que, mientras que del tiempo de Tiwanaku (400 a 1100 d.C.) hay composiciones abstractas de varios colores y muy vistosas, y del Intermedio Tardío (1100 a 1450 d.C.) durante los llamados Reinos Aymaras son usuales –por ejemplo– las escenas del pastoreo de llamas, en el Incario aparecen las rocas esculpidas con nichos, rebajes, entre otro símbolos realizados por estos pueblos.

Durante la Colonia se registraron también imágenes de peregrinajes, iglesias y combates indígenas, llegando al siglo XIX, con las representaciones de escenas militares.

Por su parte, el presidente de la Siarb, Fredy Taboada, revela que “la base fundamental es haber encontrado una iconografía estandarizada o generalizada, el primer ejemplo de arte rupestre para el período Formativo Tardío (400 a.C. al 400 d.C.) en el sitio Qillqantiji de la comunidad de Peñas”.

Esto nos demuestra –remarca Taboada– que la iconografía de los grandes centros rituales como Chiripa, por ejemplo, está también presente en pequeñas, pero extraordinarias cuevas de la región del Lago Sagrado.

GRUPOS ELITISTAS

“Me imagino que grupos elitistas, aparte de las concentraciones de las grandes ciudades ceremoniales, también tuvieron determinados sitios considerados sagrados pero pequeños”, afirma Taboada y remarca que en el lago Titicaca y todas las estribaciones de la cordillera se muestran arquetipos religiosos fundamentales de la cultura andina y conceptos cosmológicos –por ejemplo la dualidad–, presentes en el arte rupestre.

Para la directora del Espacio Simón I. Patiño, Michela Pentimalli, la nueva publicación de la Siarb es una joya más de la larga serie de obras realizadas a lo largo de sus casi treinta años de vida.

“Admiramos a la Sociedad de Investigación del Arte Rupestre de Bolivia por el trabajo sistemático, rigurosamente científico, que llevan a cabo con gran ahínco y dedicación los investigadores que la conforman. El libro sobre el arte rupestre de la región del lago Titicaca tiene el doble mérito de llenar el vacío existente en este campo de estudios y de abarcar de forma integral la región lacustre, boliviana-peruana”, destaca Pentimalli.

Asegura que los estudios presentan casos de diferentes tipologías de sitios de arte rupestre y sus usos, por ejemplo ceremoniales, ubicándolos espacialmente; identifican y describen la iconografía de los dibujos y grabados presentes en ellos, situándolos en las coordenadas prehistóricas o históricas que les corresponden.

ICONOGRAFÍA

Los textos están acompañados por imágenes de los sitios y dibujos –detalla Pentimalli– que reproducen y explican los diferentes elementos iconográficos, reforzando la cualidad didáctica de la publicación. “La Fundación Patiño está orgullosa de haber patrocinado –a través de la gestión del Centro Pedagógico y Cultural de Cochabamba– la edición de esta obra tan valiosa”, remarca Pentimalli.

Los autores de la obra científica “Arte Rupestre dela región del lago Titicaca” (Perú Bolivia) son Eliabeth Arkush, Rainer Hostnig, Elizabeth Klarich, José María López Bejarano, Freddy Taboada, Arik Ohnstad, Matthias Strecker y Adán Umire.

DATOS

- Autores de la obra: Eliabeth Arkush, Rainer Hostnig, Elizabeth Klarich, José María López Bejarano, Freddy Taboada, Arik Ohnstad, Matthias Strecker y Adán Umire.

- La publicación recupera el arte rupestre del lago Titicaca desde el Arcaico hasta los tiempos actuales, pasando por la Colonia y la República.

- Revisa cerca de 150 sitios con pinturas y grabados, incluidos monumentos incas de la isla del Sol y de la región del Santuario de Copacabana.