La noticia de perfil
Una verdadera odisea tuvo que vivir mi discípula periodística cuando leyó mis instrucciones acerca de nuestro deber de informar a nuestros lectores acerca de la Cumbre de Justicia que se realiza en la ciudad de Sucre, un recuerdo -supongo- de la histórica Audiencia de Charcas.
La disciplinada reportera me dijo en su idioma natal que es el quechua: “okey, my Darling querido, cumpliré sus instrucciones”, dirigiéndose a Sucre, donde algunas autoridades locales le informaron que la Cumbre de Justicia se verificaría en Cochabamba, porque la cumbre del Tunari es más alta que la del cerro de Churuquella.
Al conocer esa decisión aparentemente política se dirigió a Cochabamba, feliz porque estaría más cerca de Quillacollo, siendo muy grande su decepción, cuando fue anoticiada de que la famosa Cumbre de Justicia se llevaría a cabo en la Capital Histórica del Estado Plurinacional y Folklórico de Bolivia.
Fastidiada por estos hechos que le parecieron poco serios, o que ocultaban designios políticos enigmáticos, Macacha me llamó en su ayuda al pensar que yo contaba con algunas personas amigas entre las choriceras de la ilustre ciudad. Y allí me dirigí en ayuda de la cholita reportera.
Fue en la choricería que fue de “Las Bajos” donde encontré a prominentes políticos y abogados que discutían acaloradamente temas concernientes a la famosa Cumbre de Justicia, comunicándome que Macacha y yo no podríamos intervenir porque los asistentes ya estaban designados y pertenecían al oficialismo.
Cuando mi comadritay se encontraba a punto de soltar el llanto, le dije: “Habrá un Cumbre de Justicia más sabia en el manicomio Pacheco y allí verá usted, comadritay, que los loquitos saben más del Derecho y sus reformas que los políticos oficialistas”. Y allí nos fuimos.
Al reconocerme, algunos orates antiguos me abrazaron, entre ellos tres Napoleones, autores de los Códigos Napoleónicos, mientras algunas internitas abrazaron y besaron a la cholita cochabambina, asegurándole una de ellas haber sido discípula de la inolvidable catedrática de Derecho Romano doña Pepita Saavedra.
Algunos loquitos ilustrados nos comunicaron que la famosa “Cumbre de Justicia” no modificaría en nada el desenvolvimiento de la Justicia en nuestro país y que -por casualidad- nuestro presidente Evo continuará gobernando desde el Palacio Real de la plaza Murillo.
Macacha sentenció: “Los niños, los borrachos y los locos dicen siempre la verdad”.
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