“Consejo del Silala” y recursos hídricos

El gobierno, frente a una realidad conocida desde hace más de un siglo sobre el aprovechamiento por parte de Chile de las aguas de los manantiales del Silala, aprobó un “Consejo del Silala y de Recursos hídricos” para encarar, parece que en serio, qué es lo que debe hacerse no sólo para poner freno a los abusos de Chile sino para aprovechar por parte nuestra tan importante recurso hídrico que provee a Chile de agua.

Comisiones, viajes de “expertos”, altos y medianos funcionarios de Cancillería y otros ministerios, delegados de instituciones, funcionarios de la Prefectura de Potosí y muchas otras organizaciones, han viajado y visitado los bofedales del Silala, han visto correr las aguas por canales trabajados por la Bolivian Railway Co. y luego varias veces mejorados y ampliados por los gobiernos chilenos. Al retorno, todos los viajeros -como en día de campo- han comentado y formulado planes para tal o cual emprendimiento con miras a aprovechar las aguas; pero, la realidad es que jamás se hizo algo. Así, de gobierno en gobierno han surgido ideas y criterios que no han servido.

En estos tiempos, aumentamos el caudal de las aguas de manantiales con lágrimas por lo que nada se hizo. Las intenciones y propósitos son múltiples pero no hay nada en concreto; nada que pueda ser serio, práctico y efectivo. Gobierno, Prefectura de Potosí e instituciones declaran lo que sea como para contentar a quienes reclaman por el uso indebido de las aguas. ¿Cuándo se obrará con la debida seriedad y responsabilidad en un caso que es de competencia de todos? ¿Cuáles serán las funciones reales, efectivas, prácticas del Consejo creado?

Responsables de la Prefectura (hoy Gobernación) de Potosí, han expresado criterios y planes que están tan lejos de realizar como la distancia que hay entre la Tierra y la Luna; de otro modo, en tanto tiempo, debería saberse de algo concreto, como es el caso de crear infraestructura hotelera, piscinas especiales para la crianza de truchas, pejerreyes y otros peces; embotellamiento de aguas de manantial para uso de las poblaciones aledañas y de ciudades cercanas; habilitación de tierras con miras al cultivo de quinua, cañahua, papas, cebada y otros que se sabe producen las tierras altiplánicas; en fin, habría mucho por hacer, pero, ¿cuándo? ¿Quiénes? ¿Con qué recursos? ¿Utilizando qué técnicas de construcción, uso de semillas y abonos, construcción de caminos, habilitación de centros habitacionales? Y, siquiera para empezar, ¿cuándo habrá un asentamiento efectivo de las Fuerzas Armadas en toda esa región, fuerzas que podrían contribuir a la construcción de obras de infraestructura?

“Por sus obras los conoceréis”, señala el dicho bíblico. Habrá que ver qué y cuándo hace algo el “Consejo del Silala” y, posteriormente, qué se hará en pro de otros recursos hídricos que, seguramente Chile los aprovecha.