Por: Favio Mayta Chipana (Cipca)
• Productores, hombres y mujeres, sienten los efectos y están tomando acciones, muchos de los ganados camélidos y ovinos están siendo trasladados para el pastoreo a otras comunidades, otros están faenando o vendiendo sus animales para reducir la carga de las praderas
A medida que van pasando los años se van incrementando los cambios en el clima.
En el caso del altiplano boliviano cada vez son más notorios los efectos ambientales por los fenómenos climáticos como la desertificación de los suelos, la escasez de agua y pérdida de la biodiversidad.
El cambio climático es la modificación del clima con respecto al historial climático a una escala global o regional. Tales cambios se producen a diversas escalas de tiempo, alterando los parámetros meteorológicos. Siendo consecuencias de causas naturales y también antropogénicas (fenómeno natural que en los últimos años se ha acelerado debido a la influencia de las actividades humanas fundamentalmente).
Esta gestión bajó la producción agrícola, como consecuencia del intenso calor y la sequía que se ha venido dando en ciertas partes del altiplano. En el caso concreto del municipio de San Pedro de Totora que está ubicado en la Nación Originaria del Suyu Jach´a Karangas del departamento de Oruro, la situación es dramática porque como nunca la producción de forraje (cebada) bajó los últimos años y continúa descendiendo. Por ejemplo la gestión 2013- 2014 se producían 2.35 tn/has de forraje de heno y en2014 -2015 era de 2.5 tn/has forraje heno. Se estima que para esta gestión los rendimientos disminuyan a 2 tn/has de cebada (Línea base San Pedro Totora elaborado por Cipca Altiplano, 2015).
Igualmente la producción de papa es baja, por ejemplo, los rendimientos del cultivo de papa de 2013 – 2014 eran de 3.74 tn/has y a pesar que el 2014 - 2015 aumentó en 4 tn/has, se estima que para esta gestión los rendimientos desciendan y solo lleguen a 3 tn/has.
La poca producción de forraje y papa obedece a que este año las lluvias fueron pocas y empezaron recién en febrero. Muchas vertientes naturales de agua (ríos, canales, bofedales) ya están secos en este mes de junio, la situación empeorará en el los meses de septiembre y noviembre, ya que el calor se incrementará.
Productores, hombres y mujeres, sienten los efectos del cambio climático y están tomando acciones, muchos de los ganados camélidos y ovinos están siendo trasladados para el pastoreo a otras comunidades, otros están faenando o vendiéndolos para reducir la carga animal de las praderas.
Algunas familias están tratando de paliar y mitigar estos fenómenos climáticos con algunas innovaciones tecnológicas realizadas en años anteriores como los sistemas de riego, cosechas de agua, atajados y bebederos.
Es notoria la ausencia de políticas públicas a nivel del Gobierno Autónomo Municipal, prácticamente no se cuenta con un programa, proyecto, instancia y/o espacios de discusión sobre estos temas, situación por la que muchos municipios del altiplano están pasando. Así mismo el apoyo de los gobiernos departamental y nacional aun no es suficiente para apoyar a las familias productoras de esta región, el programa de atención al fenómeno del niño y el programa de gestión de riesgos de desastres no llega a paliar por completo los daños ya causados en las comunidades rurales del altiplano.
La situación de los municipios como Corque, Turco, Huayllamarca, Choquecota y Curahuara de Carangas en el departamento de Oruro y Santiago de Callapa, San Pedro de Cuarahuara, Papel Pampa y Chacarilla en el departamento de La Paz es similar. Prácticamente el río Desaguadero disminuyó su caudal y es muy notoria la sequía.
El Estado boliviano ha avanzado en la aprobación de diversas políticas públicas que apuntan a frenar y/o paliar esta situación, por ejemplo se tiene la Ley Nro. 071 de Derechos de la Madre Tierra del 21 de diciembre de 2010, Ley No. 300 Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien de 15 octubre de 2012, Ley de Gestión de Riesgos del 14 de noviembre de 2014 y el Decreto Supremo Nro. 1858 del 8 de enero de 2014, en las que se determinan los derechos, deberes y responsabilidades sobre el cuidado del medio ambiente, la madre tierra y la creación de instancias desconcentradas, además de otros temas como la soberanía alimentaria, gestión de riesgos y otros, bajo dependencia directa de diferentes Ministerios, sin embargo estas políticas aún no se implementan de manera efectiva, es necesario que el Gobierno ponga más atención para lograr resultados más allá del papel.
Es de igual manera responsabilidad de cada una y uno de nosotros trabajar conjuntamente para hacer frente a los efectos del cambio climático en nuestros territorios. Como ciudadanos podemos tomar conciencia y realizar diversas acciones específicas como por ejemplo reducir el desperdicio de alimentos en todo el mundo, lo cual ayudaría a frenar las emisiones de gases que producen el calentamiento de la atmósfera del planeta, disminuyendo algunos de los impactos del cambio climático como climas extremos o el aumento del nivel del mar. Así lo sostuvieron los científicos del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK, por sus siglas en inglés), en un Informe publicado en 2015, en el que también se menciona que hasta un 14 por ciento de las emisiones originadas por la agricultura en 2050 podrían ser evitadas con una mejor distribución y uso de la comida. “La agricultura es uno de los principales conductores del cambio climático, representó más de un 20 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global en 2010”, dijo Prajal Pradhan, coautor del informe. “Por eso, evitar que se pierda y que se tire comida, ayudaría a evitar las emisiones innecesarias de gas de invernadero y a mitigar el cambio climático” agregó.
Entre un 30 y 40 por ciento de los alimentos que se producen en el mundo no son consumidos debido a que se estropean después de la cosecha y durante el transporte, o porque los comercios y consumidores los desechan. Los investigadores advirtieron que se teme un aumento drástico en el volumen de alimento desperdiciado si economías emergentes como China e India adoptan los hábitos alimenticios occidentales incluyendo un mayor consumo de carne. Es que un punto destacado en el estudio es que los países más ricos tienden a consumir más alimentos de lo que es sano o simplemente los arrojan a la basura.
Por todo ello, el fenómeno del cambio climático está degradando los recursos naturales, alterando el clima, menoscabando la biodiversidad, afectando negativamente en la producción agrícola y poniendo en riesgo la seguridad y soberanía alimentaria. Es fundamental acompañar y fortalecer las acciones y estrategias alternativas y agroecológicas que desarrollan las familias y comunidades campesinas para enfrentar las alteraciones del clima, como la cosecha del agua, la perforación de pozos, bombeo de agua con energía solar, producción de alimentos bajo invernaderos, riego por goteo, elaboración de abonos naturales.
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