Morales y la relación con Chile

Los vínculos con Chile se han crispado en el último tiempo, de tal manera que pareciera que es imposible volver a punto cero. A pesar de que el mayor promotor para que ello ocurriera fue el propio presidente Evo Morales, sucede que él mismo, en recientes declaraciones, formuladas por lo menos en tres ocasiones, planteó que Bolivia y Chile debían tener una relación de amistad y paz, de modo que se ponga de manifiesto su hermandad.

Morales tuvo suficientes razones para cuestionar la conducta chilena por el desvío unilateral que realizó el gobierno de Santiago de los manantiales del Silala. Igualmente, por hacer que Bolivia presente ante la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya (Holanda), la demanda para instar a este organismo que se pronuncie a favor de un diálogo efectivo con Chile, para resolver la actual mediterraneidad del país, originada en la guerra que desató en 1879, con la que se apropió de la costa marítima nacional sobre el océano Pacífico.

Corresponde anotar también que el lenguaje utilizado por Morales no guardó las formas en cuanto al nivel que deben tener las cuestiones internacionales, por lo que la reacción chilena tuvo que ser igualmente áspera, aparte de incurrir en subterfugios sobre sus supuestos derechos en el uso de las aguas de los manantiales del Silala.

En este sentido, presentó una demanda en defensa de su posición contra Bolivia ante el Tribunal Internacional de Justicia. Pero, a pesar de insistir en que las aguas que utiliza en su territorio corresponden a un río internacional, admite a la vez que, en consecuencia, Chile y Bolivia deben compartirlas recíprocamente.

En caso de que el Tribunal de la Haya se pronunciara a favor de la demanda de Chile, en forma paralela deberá disponer que Chile le pague a Bolivia por el uso unilateral que efectúa de las aguas del supuesto río internacional.

Hasta ahí llegan, en términos muy resumidos, las diferencias de los dos países. Pese a ser muy conflictivas, en aras del culto al pacifismo que siempre practicó Bolivia, resulta pertinente rescatar las palabras del presidente Morales sobre su disposición personal de promover el acercamiento amistoso con Chile.

De guardar fidelidad con las verdaderas intenciones que abriga el Presidente, correspondería que él mismo tome la iniciativa formal de proponer la recuperación del diálogo amistoso con Chile. Para que tenga efectividad real en esos sus propósitos.

En coincidencia con esta posibilidad, el canciller de Chile, Heraldo Muñoz, en el discurso que pronunció en la última asamblea de la OEA, en la República Dominica, expresó que su país está dispuesto a que de inmediato se restablezcan las relaciones con Bolivia, sin condiciones.

A ello se agregó el importante llamado que hizo el abogado español Antonio Remiro Brotons, uno de los asesores internacionales de Bolivia en la demanda que tiene el país en el Tribunal de La Haya, a favor de Bolivia y Chile solventen sus diferencias en una mesa de diálogo.

Como podrá advertirse de las anotaciones anteriores, las tensiones actuales entre Bolivia y Chile pueden volcarse a favor de un acercamiento diplomático, para entablar el diálogo amistoso entre los dos países, sobre los temas que los tiene en pugnas estériles.

Si el presidente Morales formuló este propósito, tuvo respuestas favorables del canciller de Chile y del asesor de Bolivia en el trámite que se halla en curso en el Tribunal de La Haya, que coinciden en volcar la hoja y empezar a escribir una historia civilizada para resolver los problemas pendientes que tienen los dos países. Entonces, no queda más que dar el primer paso.

Como quiera que la iniciativa partió del Presidente de Bolivia, lo pertinente será que la Cancillería nacional envíe a Chile una nota para concretarla. Seguro que encontrará la disposición favorable de Santiago, conforme expresó Muñoz. Además, cuando se trata de recuperar la amistad y la comprensión entre Bolivia y Chile, efectivamente no caben las condiciones. Es mejor ceder en esta postura y proceder con el ánimo abierto para la conciliación.

Socialmente, se dice siempre que la gente hablando puede resolver sus diferencias. Esto mismo es válido para las relaciones internacionales, cuando, efectivamente, hay el necesario desarme espiritual que demanda el caso. De no ser así, Morales, Muñoz y Brotons estarían en plan publicitario y nada más.