¡Prohibido calentarse!

Con la inocencia que alguna vez me conmueve, mi discípula periodística me dijo esta mañana: “ha llegado la hora de calentarnos juntos…”, ruborizándome por la natural malicia que llevo en mi cuerpecito.

La joven cholita se dio cuenta de mi turbación e inmediatamente me aclaró lo que en verdad quiso decirme: “faltan pocos días para que soportemos la noche más fría del año y me parece que deberíamos irnos a Quillacollo, donde esa noche es menos fría y podríamos encender una fogata en el patio de una de mis casas…”. En ese momento nació esta crónica, pues le dije: “Está prohibido calentarnos.”

Ella captó mi intención e inmediatamente comenzó a referirse a la temperatura política y social del país, la cual es muy alta, cual ella pudo captar desde su puesto de observación situado en las oficinas del Palacio Real de la plaza Murillo, donde actualmente gobierna de manera interina el licenciado Álvaro García Linera, pues -como todos sabemos- nuestro presidente vitalicio Evo Morales continúa hospitalizado en la Clínica los Olivos. Al mencionar a este personaje, la cholita cochala suspiró y me dijo: “Tampoco Evito pasará frío la noche de San Juan, pues estará caliente porque no podrá jugar al fútbol ni viajar a Estados Unidos ni a Europa”. En resumen: Evo estará caliente, el licenciado Álvaro estará caliente, el ministro de la Presidencia, el Señor Juan Ramón, estará caliente como todos los días, la señora Zapata ex-enamorada del Presidente estará caliente, al igual que nuestros nuevos propietarios chinos.

Macacha que tiene una buena cabecita me recordó que también estarán calientes los trabajadores de la empresa cerrada por un decreto presidencial y “se harán” los calientes los dirigentes de la Central Obrera Boliviana que apoyan al Gobierno y tienen que hacer la simulación de marchar contra él.

Mi comadritay cochabambina nacida en Quillacollo me miró desolada ante la injusticia: “Todos están calientes en este crudo invierno, menos nosotros los bolivianos humildes y laburadores a quienes todas las autoridades nos prohíben calentar nuestros cuerpecitos bailando alrededor de unas fogatas”.

Para concluir, Macacha me dijo: “¡Prohibido calentarse la noche de San Juan porque nuestro país ya está bastante caliente!”.