• Reino Unido decidirá si se sale o no de la Unión Europea en el referendo que se celebrará el 23 de junio próximo. La pregunta que todos se hacen es cómo afectará esta determinación a Europa
Un país sin plomeros polacos, obligado a ir de vacaciones a la república exyugoslava de Kosovo y donde nadie habla lenguas extranjeras. Así imagina el diario británico The Guardian, en clave especulativa y de humor, cómo podría ser Reino Unido si los británicos deciden salirse de la Unión Europea (UE) en el referendo que se celebrará el 23 de junio.
Sin embargo, los plomeros polacos son sólo un grupo entre los casi 3 millones de ciudadanos de otros países de la UE que viven en Reino Unido, según estimaciones oficiales. Y 1,2 millones de británicos residen en otros países de la UE. Todos viven y trabajan con gran parte de los mismos derechos que los ciudadanos del país en el que se encuentran.
Los europeos están acostumbrados a moverse sin barreras por los 28 países de la unión. Y el libre movimiento de personas y trabajadores no fue un problema en Reino Unido en el pasado. Pero eso cambió en la última década la inmigración fue escalando posiciones en las preocupaciones de los británicos hasta convertirse en uno de los temas principales del referendo, sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea.
Hay británicos que consideran 2004, el año en el que entraron en la UE 10 países del este de Europa (entre ellos Polonia, República Checa y Hungría), como un punto de quiebre. El incentivo para los europeos de estas naciones de migrar a otros países más ricos en busca de mejores salarios era evidente. Y en 2014 los polacos ya eran la primera nacionalidad de europeos viviendo en Reino Unido.
A pesar de la insistencia del gobierno en centrar el debate en la economía, los observadores coinciden en que si Reino Unido le dice sí al brexit, el control de fronteras y la inmigración habrán tenido mucha importancia en esa decisión.
El libre movimiento de personas por los 28 estados miembros, es uno de los principios fundamentales de la unión. Por eso, la campaña a favor de la salida (‘Leave’) mantiene que Reino Unido tiene que abandonar la UE para poder controlar sus fronteras.
Si no, los migrantes seguirán ejerciendo una presión cada vez más insoportable sobre las escuelas y los hospitales. Y también empujarán hacia abajo los salarios de los británicos.
La campaña por la permanencia (“Remain”) no comparte estas ideas: cree que los inmigrantes, sobre todo los europeos, pagan más impuestos de lo que reciben en concepto de ayuda estatal y son indispensables para la economía.
Pero la necesidad de reducir la inmigración es compartida incluso por representantes del bando de la permanencia, entre ellos el primer ministro de Reino Unido, el conservador David Cameron.
A partir de los tres meses, para las personas que no son empleadas ni trabajadoras por cuenta propia, estudiantes o retirados, su derecho de residencia depende de que tengan los recursos suficientes para no ser un peso para el sistema de asistencia social del país.
Los trabajadores europeos tienen derecho a buscar empleo en otro país de la UE y a trabajar sin necesidad de permiso de trabajo, y en las mismas condiciones que los trabajadores nacionales.
Un estado miembro solo puede rechazar el permiso de entrada o residencia a un ciudadano de otro país de la UE por razones de políticas públicas, seguridad o salud pública, siempre que sea una amenaza seria para los intereses de ese Estado.
UN DÍA DESPUÉS
En lo que prácticamente todos están de acuerdo es que, el día después del referendo, no cambiará nada. “El día después Reino Unido seguirá siendo miembro de la UE y tendrá las mismas obligaciones”, le explica a BBC Mundo Takis Tridimas, director del departamento de Derecho Europeo del King’s College de Londres.
Es lo mismo que opina el gobierno británico, que mantiene que sólo hay una forma “legal” de salir de la UE: aplicar el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea. Esa norma establece un periodo de dos años para negociar un acuerdo con la UE, que se puede alargar si hay unanimidad por parte de todos los países.
Si no, después de dos años Reino Unido dejaría de ser miembro de la UE. “El día después del referendo el Reino Unido seguirá siendo miembro de la UE y tendrá las mismas obligaciones”
Takis Tridimas, director del departamento de Derecho Europeo de King’s College.
El reloj no empezará a contar el día después del referendo, sino cuando Reino Unido notifique a la UE su decisión de salir. Y, según la ley europea, el país deberá seguir aplicando los tratados hasta que concluyan las negociaciones.
Unas negociaciones que serán “complejas” y que, según el gobierno, podrían provocar hasta “10 años de incertidumbre”. Se espera que, además del tratado de salida, Reino Unido y la UE negocien también un nuevo acuerdo de relaciones comunes.
Pero la campaña a favor de la salida quiere que el brexit permita cambios más rápidos. Y dicen que será el gobierno británico el que decida “cómo” quiere salir de la UE, a través del artículo 50 o por otras vías. “La gente necesita ver que hay acciones inmediatas para recuperar el control”
CAMPAÑA A FAVOR DE SALIR DE LA UE
“La gente necesita ver que hay acciones inmediatas para recuperar el control”, mantuvo la campaña en una nota reciente. Los partidarios de la salida quieren que el Parlamento apruebe antes de mayo de 2020 (fecha de las próximas elecciones generales) una nueva ley de “asilo y control de la inmigración”.
Con esta ley, Reino Unido podría rechazar la entrada de “criminales” a su territorio. Además, acabaría con la “discriminación” que, en su opinión, supone que los ciudadanos de la UE tengan más derechos que otros extranjeros.
Y, finalmente, crearía un sistema de migración por puntos para aplicarlo a los europeos que quieren establecerse en Reino Unido. El sistema se inspiraría en el modelo australiano, orientado a atraer a migrantes cualificados o con ciertas habilidades que se considere que contribuyen a la economía.
“Si dejamos de ser miembros de la UE, los derechos asociados se evaporan”, le dice a BBC Mundo Sophie Barret Brown, socia senior del despacho legal Laura Devine Solicitors, especializado en migración. Aunque Barret insiste en la idea de que es muy difícil predecir en este momento qué pasará.
Según Barret Brown, es probable que tras el brexit las leyes británicas distinguieran entre tres tipos de europeos: Los que ya tienen derecho a residencia permanente en Reino Unido (los nacionales de la UE lo adquieren automáticamente tras 5 años de residencia continuada); los que están en Reino Unido legalmente pero no tienen derecho de residencia permanente; los europeos que quieren entrar a Reino Unido después del brexit.
En el primer caso, se esperaría que los ya residentes obtengan un permiso para quedarse de forma indefinida.
En el segundo caso, Barret cree que Reino Unido intentaría “garantizar que puedan quedarse” con el fin de obtener el mismo trato para los británicos que viven en otros países de la UE. Lo mismo han afirmado portavoces y representantes de la campaña por salir de la UE, como Boris Johnson, exalcalde de Londres.
En el caso de los europeos que quieran emigrar a Reino Unido tras el brexit, “lo más probable es que deberán cumplir con las reglas internas de Reino Unido”. Pero no está claro tampoco cuáles serían estas reglas.
Hay muchos sectores de la economía, como el agrícola, que depende de la mano de obra barata de europeos.
Con lo cual podría pasar que “si se limita el número de inmigrantes europeos que pueden entrar, tendrán que entrar más inmigrantes de otros países”, dice Barren.
INCERTIDUMBRE
El escenario final dependerá en gran medida de las negociaciones entre la UE y Reino Unido.
“Es difícil saber cómo será ese acuerdo”, reconoce Tridimas.
Lo mismo ha dicho el gobierno británico en su campaña por convencer a los ciudadanos de que voten en contra del brexit. “Si Reino Unido vota para salir de la UE, el gobierno hará todo lo posible para asegurarse un resultado positivo (para los ciudadanos británicos en el exterior), pero no hay ninguna obligación bajo las leyes europeas de mantener esos derechos”, declaró el portavoz de Asuntos Domésticos en la Cámara de los Lores, Richard Sanderson Keen.
UN CAMINO SIN EXPLORAR
La campaña a favor de salir afirma que Reino Unido, la quinta mayor economía del mundo, podría negociar un acuerdo muy favorable con la UE que asegure acceso al mercado único sin ser parte del mismo y sin tener que aplicar las leyes europeas y el libre movimiento de personas.
A lo que el campo de la permanencia responde que nadie ha conseguido nunca renuncias de ese nivel por parte de la UE y que esto no sería lo mismo que formar parte del mercado único y poder influir en sus normas, explica el analista económico de la BBC Jonty Bloom.
Lo mismo opina Albert Sánchez-Graells, profesor de Derecho de la Universidad de Bristol. “Renunciar al libre movimiento de personas y mantener el acceso al mercado interior de bienes, servicios y capitales para Reino Unido pondría demasiada presión a la continuidad del proyecto europeo”, le dice a BBC Mundo, “porque otros estados miembros podrían estar interesados”, en un acuerdo similar.
Pero también es cierto que el escenario del brexit supondría un terremoto en el continente europeo y que hay numerosos factores políticos que son una incógnita a día de hoy.
Y como escribió Bloom, “no sólo nunca nadie ha intentado conseguir el acuerdo que quiere la campaña del Leave, sino que tampoco nadie lo ha intentado nunca antes”.
Texto de BBC Mundo, Londres
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