En la epilepsia, las microglías son incapaces de fagocitar las neuronas muertas, que se acumulan y dañan aún más los tejidos cerebrales.
Las enfermedades neurodegenerativas son aquellas que, caso del alzhéimer, la epilepsia o el párkinson, son ocasiona-das por la destrucción paulatina de las neuronas cerebrales. Unas enfermedades cuya progresión, cuando menos en el caso específico de la epilepsia, podría explicarse por la incapacidad del sistema inmune de ‘limpiar’ del cerebro las neuronas muertas, que en consecuencia acaban acumulándose y dañando a sus vecinas vivas y funcionales. Así lo muestra un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), primer trabajo en el que se describe el proceso de muerte neuronal y la fagocitosis por las microglías en el cerebro de pacientes con enfermedades neurodegenerativas.
Cuando una neurona muere, sus restos –o residuos– son rápidamente eliminados del cerebro para que los tejidos circundantes puedan seguir desarrollando sus funciones con normalidad. Y para ello, el sistema inmune del sistema nervioso central (SNC) cuenta con unas células altamente especializadas denominadas ‘microglías’ que se encargan de detectar y ‘fagocitar’ –o lo que es lo mis-mo, engullir– los elementos extraños, caso de los remanentes de las neuronas muertas. El problema es que, como muestra esta nueva investigación publicada en la revista “PLOS Biology”, esto no sucede así en los cerebros de los pacientes con enfermedades neurodegenerativas.
MICROGLÍAS ‘INCOMPETENTES’
Para llevar a cabo el estudio, los autores tomaron muestras de tejidos cerebrales de pacientes con epilepsia y modelos animales –ratones– de epilepsia para analizar cualquier comportamiento anómalo del sistema inmune a la hora de limpiar el cerebro de residuos neuronales.
¿Y por qué cerebros de pacientes –o animales– con epilepsia? Porque es bien sabido que en cada crisis epiléptica se produce la muerte de un gran número de neuronas. Y de acuerdo con lo visto en los cerebros de personas sin enfermedades neurodegenerativas, debería esperarse que las microglías, provistas de numerosas ramificaciones en constante movimiento para detectar la presencia de elementos ‘extraños’, fagocitarán estas neuronas muertas. El problema es que esta limpieza no tiene lugar: las microglías son incapaces de encontrar estas neuronas y destruirlas.
Como explica Amanda Sierra, directora del estudio, “para nuestra sorpresa, la fagocitosis por las microglías de las neuronas muer-tas estaba ausente en el hipocampo de hu-manos y modelos experimentales con epilepsia del lóbulo temporal mesial, un trastorno neurodegenerativo mayor caracterizado por excitotoxicidad, inflamación y crisis”.
La fagocitosis por las microglías de las neuronas muertas estaba ausente en el hipo-campo de humanos con epilepsia del lóbulo temporal mesial refiere Amanda Sierra.
El resultado de esta ‘ceguera’ de las microglías es la acumulación de neuronas muer-tas, lo que conlleva un daño de las células neuronales anexas y el desencadenamiento de una respuesta inflamatoria. Y todo ello au-nado da lugar a que el cerebro, ya enfermo, empeore aún más.
POTENCIAR LA FAGOCITOSIS
Pero no todo son malas noticias. El nuevo hallazgo abre la puerta a la investigación de terapias dirigidas a erradicar, o cuando me-nos atenuar, el daño consecuente con la ‘falta de limpieza’ en el cerebro.
De hecho, los investigadores de la UPV/EHU ya están trabajando en el desarrollo de fármacos dirigidos a potenciar la fagocitosis y, así, mejorar el tratamiento de la epilepsia. ‘
M. LÓPEZ
@abc_saludMadrid
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