Santiago de Chile.- Miles de estudiantes salieron ayer nuevamente a las calles de Santiago y otras ciudades de Chile en demanda de una educación de calidad, gratuita y sin lucro y en rechazo a la reforma que impulsa el Gobierno en el sistema educativo.
En la capital chilena, los jóvenes marcharon desde la céntrica Plaza Italia por la ribera del río Mapocho, en medio de manifestaciones de los vecinos que, hastiados de la violencia que suele enmarcar las protestas estudiantiles, salieron a la calle para demandarles un comportamiento pacífico.
No obstante, a poco de comenzar la marcha estallaron también choques entre la Policía y grupos de manifestantes encapuchados que, según las autoridades, no respetaron el trazado autorizado para desplazarse.
El humo de los gases lacrimógenos y los chorros de agua plagaron el ambiente, mientras los jóvenes respondían a los agentes con lluvias de piedras y otros proyectiles, en conatos que obligaron a numerosos comerciantes a cerrar sus locales y al cierre temporal de una estación del Ferrocarril Subterráneo.
La propia presidenta chilena, Michelle Bachelet, había llamado en la víspera a los jóvenes a manifestarse “con tranquilidad y con responsabilidad”. (EFE)