Temas de la vida cotidiana
Estas líneas son expresadas de la forma más respetuosa y no tienen matiz político, pues la política no nos interesa.
Pero es que los paceños no podemos más. La ciudad elegida como Maravilla para orgullo de los bolivianos, ¿habrá sido elegida también como capital mundial de desorden, bloqueos, marchas, protestas y todo tipo de ineptitudes por las cuales impera el caos, el abuso inaudito a los paceños y no paceños que la habitamos?
¿Qué derecho tienen a quienes se les ocurra protestar?, ¿qué autoridad tienen para afectar los derechos de los demás habitantes que queremos trabajar y vivir en paz? Recostados en calles y aceras, sentados calentando las avenidas no vamos a resolver los problemas, no vamos a mejorar la situación.
¿Qué se creen los choferes, maestros, movimientos sociales, etc. para paralizar la ciudad cuando les venga en gana? ¿Por qué tenemos que tolerar tanto abuso los paceños que acogemos a propios y extraños, a gente de la ciudad y del campo, para que vengan a perturbar la paz y la salud del otro? ¿Acaso no se daña nuestro organismo por tanto renegar y tensionarnos al no poder llegar temprano al trabajo, no poder volver a casa sin gastar más en transporte, y caminando muchas veces hasta con problemas físicos.
Si a alguna persona le robaron, la engañó el marido, le miraron feo en la oficina o el vecino, es motivo para protestar. Si sube o baja el precio del pan; si el transporte público está peor, si en alguna población no les gusta la cara del alcalde, entonces a sentarse o pararse para bloquear en El Alto, la autopista o la ciudad. Todos tenemos problemas, necesidades, motivos para protestar. El mundo está cayendo a pedazos sobre nuestras cabezas por el cambio climático y nosotros, posiblemente gracias a los paros y bloqueos que diariamente vivimos, estamos contaminando el planeta con nuestros autos y vehículos del transporte público.
Ya es hora de que instituciones cívicas, prefecturales, municipales, el Gobierno, alguien haga algo. Si bien se anuncia sanciones para agitadores, bloqueadores y marchistas, los paceños no tenemos por qué aguantar más dicha situación. Como si fuera parte del menú, los manifestantes amenazan en algunas marchas con usar dinamita.
¿Tendrá que morir alguien para que entiendan el peligro de hacer explotar ese artefacto? Con el estallido pueden quedar no solo sordas las personas, sino provocar desprendimientos de córneas, humores vítreos en los ojos, ¿y bebés, niños y ancianos no pueden ser afectados? Dicen que ha sido exitoso el paro, exitoso el bloqueo, pero son absurdeces que tenemos que escuchar. Exitoso será el día en que dejen trabajar, caminar, vivir a la gente en paz, el día en que razonemos y no seamos conducidos como zombis gritando por las calles paceñas.
Basta de marchas, bloqueos, bloqueadores, nuestra La Paz y sus habitantes, la caserita del mercado, el chofer, el lustrabotas, el empresario, el intelectual o la ama de casa queremos seguir produciendo. De una vez por todas… queremos volver a vivir tranquilos, déjennos vivir en paz, porque nuestra La Paz “ya no puede más”.
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