La selección italiana, tras clasificarse el lunes para los cuartos de final de la Eurocopa, fue aclamada a su regreso a Montpellier, y ayer volvió a entrenarse, en una sesión en la que no participaron Daniele de Rossi ni Antonio Candreva, ambos lesionados. Pese a llegar de madrugada, unos 300 aficionados aguardaron a las puertas de su hotel en Grammont para aclamar al conjunto de Antonio Conte, tras lo que se considera una gesta: haber acabado con la supremacía de la selección española. Ayer , sin embargo, no hubo descanso para la plantilla. Conte ordenó una sesión de recuperación para los titulares y un entrenamiento físico para los suplentes. Gigi Buffon, como suele hacer tras cada partido, estuvo en el gimnasio.