Peligroso disponer de las reservas

Es realidad irrefutable que la economía del país debe ser manejada con mucho conocimiento, criterio y responsabilidad en todo tiempo y muchísimo más en momentos de grave crisis como la que vivimos. El Gobierno, contrariamente a la prudencia más elemental, cree que la fortaleza de la economía radica en la posibilidad de disponer de las reservas que, según el Banco Central, a diciembre de 2015 estuvieron en 13.055 millones de dólares y, a mayo de 2016, llegaron a 11.796 millones de dólares (ED 22/6/16).

A propósito de las reservas, el ex-presidente del Banco Central y prestigioso economista, Dr. Juan Antonio Morales, con pleno conocimiento de la materia y, sobre todo, mucha preocupación y amor por el país, recomendó al Gobierno “no utilizar las reservas monetarias internacionales, porque si éstas declinan podría generar dudas sobre la solidez del sistema financiero”. Pidió, además, “dejar de invertir en más empresas estatales y dedicarse a fortalecer la gestión empresarial imponiendo el Estado de Derecho y estimular las inversiones externas e internas con las garantías necesarias”.

Con mucho criterio sostuvo: “Utilizar las reservas en sí no es malo, pero deben ser bien utilizadas porque son una garantía para el sistema financiero. Las reservas internacionales deben emplearse bien, son finitas, se terminan, además, gran parte de la estabilidad macroeconómica depende de la percepción que tenga el público que le dan las reservas”.

Refiriéndose a las inversiones expresó: “Pueden ser utilizadas en tiempos malos en inversiones que deben ser bien seleccionadas; se debe hacer cálculos de rendimientos económicos y sociales previos. Si hay rendimientos, bienvenidas esas inversiones, aún si son financiadas utilizando reservas internacionales, pero si se hacen sólo cosas vistosas, como dos palacios en el centro de la ciudad, cuyo rendimiento es difícil de capturar, de evaluar, yo creo que esa plata está siendo mal utilizada”. Agregó que hay también empresas estatales que “no tienen razón de ser” y que sólo fueron creadas “para acomodar más personal pero sin efectos positivos económicos mínimos”. Todo lo expresado es claro y terminante para ser aplicado.

La urgencia de hacer gestión en la administración del Estado fue otro punto importante: “No más empresas estatales, hay que parar esas inversiones y reorganizar las empresas estatales, dotarlas de mejor capacidad gerencial, porque si hay algo escaso en este país es capacidad gerencial, tanto en el lado privado como en el público”.

Mal utilizar las reservas o hacerlo en cuestiones fantasiosas e inútiles no arrendarían ninguna utilidad al país; al contrario, lo debilitarían mucho más. Esas reservas al 31/XII/15 estaban compuestas por las Reservas Monetarias (88,8%) y las Reservas de Oro (11,2%).