Naciones Unidas y la economía de la coca

La Organización de Naciones Unidas informó que la superficie destinada al cultivo de la planta de la coca el año pasado solo registró una reducción de 200 hectáreas, es decir de 20.400 a 20.200 hectáreas. Esa reducción equivale al uno por ciento del total de tierra que se destina en Bolivia a la producción de la hoja de coca. Agregó que el precio de la hoja de coca se disparó el año 2015 en 13 por ciento en relación con la gestión anterior y su precio es de 9.40 dólares por kilo.

Las informaciones acerca de la economía de la coca en Bolivia son notables y se constata que el gobierno de Evo Morales realiza, según dice, esfuerzos para erradicar el cultivo de esa plata, de cuya hoja se extrae el alcaloide cocaína. Sin embargo, se indica que esa lucha está dedicada más a la comercialización o tráfico de la droga, y se hace poco para combatir la producción y el consumo.

En efecto, informaciones casi diarias señalan que en diversas partes del país se decomisa importantes partidas de cocaína pura, generalmente destinada a la exportación a países vecinos, desde los cuales se la exporta a Asia, África, Europa y Norte América, donde existe creciente consumo y una cotización altísima, lo cual significa ganancias millonarias para los traficantes del alcaloide.

Por otro lado, la fuente que origina la producción de esa droga no es debidamente controlada ni reducida, como revela el informe de la ONU. Es más, como el consumo de la droga está aumentando, la producción de la materia prima debe ir aumentando, de acuerdo con la ley de la oferta y la demanda. Es más, ese aumento de la producción de droga se produce sin que aumenten las áreas cultivadas, fenómeno que se debe a que la productividad por hectárea de hoja de coca ha ido aumentando en forma sensible.

Efectivamente, en la misma superficie cultivada ahora se estaría produciendo alrededor del 30 por ciento más que hace diez años, siendo que en yungas de La Paz, Chapare de Cochabamba y otras regiones están utilizando fertilizantes, herbicidas y pesticidas, lo cual les permite producir más por hectáreas. Pero un aspecto notable es que agricultores de algunas regiones están utilizando más agua, tanto para riego directo como por medio de aspersión, lo que garantiza mayor producción, inclusive en épocas de sequía, como la que se registró este año.

El año pasado, pese a la erradicación de cultivos, la producción de coca habría subido en porcentaje apreciable, lo que permite considerar que si bien se anuncia una lucha intensa contra el tráfico de drogas, por otro lado, la fase de producción no solo crece sino que también recibe fomento de los mecanismos oficiales.

De otro lado, la lucha contra la droga si bien se la realiza solo contra la etapa de comercialización, no se dirige a la producción ni al consumo, por lo que la campaña termina en un enorme cero. Es más, según informes oficiales, el consumo de cocaína en el país también está aumentando, problema ante el cual el Gobierno hace la vista gorda, lo cual permite concluir que el éxito de la lucha contra la droga sólo se producirá cuando ésta sea en forma integral y en todas sus etapas.