El “WhatsApp” urgente

Una pareja de enamorados se sienta frente a frente en un restaurante, ordena hamburguesas…y mientras llega el pedido, en lugar de mirarse a los ojos, en lugar de conversar, cada uno mira su celular. Tan cerca el uno del otro… pero separados por la realidad virtual.

Una mamá joven camina por las calles, de la mano lleva a un pequeño que se esfuerza por dar unos pasitos. El niño tropieza, se tambalea, su brazo se tuerce, mira a su mamá desesperado… pero la mamá está distraída con el celular que agarra en la otra mano.

Un hombre conduce su vehículo por las calles congestionadas, de repente escucha el sonido típico de un mensaje de WhatsApp. Se desconcentra y se atreve a conducir con una mano, mientras que con la otra intenta ver quién le mando un mensaje.

La familia en pleno está reunida para el almuerzo, la mamá se afana en preparar la mesa, el papá está concentrado en el deportivo que pasan en la tele, mientras los hijos comen con una mano y con la otra responden chats, o actualizan estados en sus celulares. Todos están juntos… pero separados.

Un estudiante universitario mira de reojo a su catedrático, mientras disimuladamente va respondiendo mensajes en WhatsApp. Hace rato que el docente habla y habla, pero son pocos los que le prestan atención. La mayoría de los estudiantes chatea descaradamente en clases.

Responder mensajes se ha vuelto una tarea urgente. Un simple “hola” parece ser inaplazable. Se lo contesta “ahora o ahora”. Una imagen debe ser comentada “ya”, no más tarde.

Y por vivir pendientes del WhatsApp urgente, no nos damos cuenta de la vida que va pasando por nuestro lado… sin ser vivida plenamente.

(*) Director de Xperticia, empresa de asesoramiento y capacitación en Comunicación.

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