Uno de los retos de las empresas tecnológicas referente a los dispositivos móviles es la duración de la batería de los mismos. La administración de nuestro dispositivo hará la diferencia para que la batería no nos falle en el peor momento. Un equipo de investigadores ha desarrollado un procedimiento que permite que la batería aguante más y que su carga sea más rápida.
Se trata de un invento desarrollado por el Intituto Paul Scherrer y por la Escuela Politécnica Federal en Zúrich (Suiza). Se trata de un sistema sencillo y rentable que posibilita el incremento exponencial del rendimiento de las baterías de iones de litio convencionales.
Según advierte la jefa del grupo de investigación, Claire Villevieille, su gran secreto se esconde en el modo en que han trabajado, ya que la mayoría de científicos que investigan en este campo centran sus esfuerzos en la creación de nuevos compuestos para las baterías, mientras que estos investigadores suizos han usado materiales conocidos.
“Hemos probado componentes existentes con el fin de aprovechar su potencial plenamente. En condiciones de laboratorio, hemos sido capaces de aumentar hasta tres veces la capacidad de carga.
Con baterías comerciales probablemente no sea posible alcanzar un rendimiento similar, por la complejidad de su construcción, aunque en cualquier caso el rendimiento se verá muy mejorado, puede que en un 30 e incluso en un 50 por ciento”, asegura la propia Villevieille.
La investigadora confía en que se pueda implantar este nuevo avance en el plazo de dos años. “Todo lo que se necesita ya está hecho, ahora sólo hace falta que un fabricante quiera incluir nuestro estudio en sus próximos lanzamientos”, continua la investigadora suiza.
Lo mejor de todo es que el mismo invento se puede aplicar a cualquier batería que contenga un ánodo y un cátodo, por lo que el avance es aplicable además de a nuestro teléfono, también a relojes inteligentes, computadoras portátiles o incluso automóviles.
Del estudio, publicado en la revista Nature Energy, se desprende que el truco principal se encuentra en la fabricación del ánodo. Este componente está hecho de grafito, es decir de carbono, dispuesto en pequeñas escamas densamente empaquetadas, comparables en apariencia a los copos de maíz del desayuno. Cuando la batería se está cargando, los iones de litio pasan desde el cátodo, electrodo positivo, al ánodo, donde se almacenan en la barra de grafito. Cuando la batería está en uso se produce el proceso inverso, pero la forma tan peculiar de las escamas de grafito hace que se demoren bastante los iones de litio. Es ahí donde está el avance, en optimizar ese proceso mediante la estratégica colocación del grafito, que se expone de manera vertical para que se reduzcan los tiempos. Esperemos que muy pronto sea una realidad.
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