Temor y mitos reducen cantidad de donantes



Las donaciones son manejadas con el cuidado necesario para evitar que el receptor pueda verse dañado por alguna enfermedad.

Sentirse débiles luego de una donación, pensar si esta determinación voluntaria daña la salud o creer que después de brindar el apoyo una persona puede subir de peso, son algunas de las dudas y mitos que expresa la población para evitar convertirse en donante de sangre.

Además, otros ciudadanos expresan su temor por los resultados que surgen luego de realizar el análisis de sangre antes de ser donantes, según explicó el doctor Guillermo Mérida, especialista en este ramo.

Para el entrevistado, algunas de estas creencias, miedos y dudas surgen a partir del desconocimiento que las personas tienen sobre lo que produce nuestro propio cuerpo y que algunas parte de esta producción puede ser donada sin generar ningún riesgo, luego de que los centros de salud destinados a las donaciones de sangre realicen el respectivo estudio sobre el tipo de sangre y los factores de generar riesgos para quienes demandan de este elemental componente del cuerpo.

“Las dudas anteriormente expuestas son todas ellas falsas, porque primero quienes creen sentirse débiles luego de ser donantes de sangre posiblemente sea porque estén pasando por una etapa anímica, pero para el control de ese factor simplemente se realiza un análisis previo, con la finalidad de descartar que él donante pueda estar atravesando un cuadro anímico, como resultado de una inadecuada alimentación o por estar embarazada. Si fuera estos casos se prohíbe que se convierta en donante”, explicó.

De acuerdo con el especialista, los donantes recuperan la cantidad de sangre realizada de manera rápida tomando liquido (agua), después de una donación de sangre.

En cuanto a si la donación de sangre puede causar que una personas engorde, disminuya de peso, o quedar afectado en sus nutricionales o el funcionamiento de los sentidos como la vista, son otra de las creencias plenamente descartadas de manera científica porque se establece que la sangre no tiene ninguna relación con la contextura, volumen o peso de una personas y menos con el funcionamiento de los sentidos, ya que todos ellos reciben el suministro de sangre adecuada, pero no son afectados cuando se llega a decidir ser donante de sangre.

El único miedo más que de los donante surge en la población que demanda de sangre es si la misma no está infectada con enfermedades de alto riesgo como VIH, aspecto que fue descartado en cuanto se recabó la donación, además se debe tomar en cuenta que el equipo que se utiliza es plenamente esterilizado.

En este punto, el temor entre los donantes aguardan son los resultados de los análisis previos, ya que temen ser identificados con alguna de estas enfermedades de alto riesgo.

“Los primeros estudios que se realizan es justamente que el donante no tenga ninguna infección de alto riesgo como VIH‘(+), tuberculosis, entre otros y este procedimiento es inmediato son los instrumentales plenamente desinfectados”, reiteró el especialista.

El tiempo de donación aplicado en los bancos de sangre no suele ser superior a los 20 minutos, proceso en el que el donante altruista, brinda ayuda a una persona que sufrió algún accidente o incluso puede salvar una vida, concluyó el entrevistado.

 
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