Miraflores de barrio jardín a bosque de cemento

Al igual que Miraflores, la ciudad de La Paz tuvo otros barrios tradicionales, los que más nombradía tenían eran Sopocachi, San Jorge, San Pedro, Pura Pura, Obrajes y Villa Victoria. Gloria Martínez, al haber escrito una atractiva nota sobre Miraflores, implícitamente ha recordado a estos otros barrios de tradición.

Las ciudades se construyen por barrios, por lo que resultan ser sus células madres. Pues, les dan vitalidad con sus costumbres, tradiciones y el progreso que cultivan. Aunque no siempre resulta ser lo mejor quedar atrapados en las altas edificaciones, que si bien constituyen un signo de modernidad, tienen al mismo tiempo un costo. Las casas vecinas, de pocos pisos, quedan eliminadas de recibir los siempre vitales rayos solares.

La Paz está poco menos que condenada a tener más edificios elevados, porque su crecimiento espacial es limitado por los cerros que la circundan. A la vez que está comprometida a justificar su condición de capital del país, pues por su situación geográfica tiene mejor acceso a la vecindad externa que la ciudad de Sucre, la capital legítima de la República.

Esta situación la compromete a cumplir un rol determinado, pero al mismo tiempo tendrá que proteger y hasta hacer prevalecer sus características urbanas actuales, signadas por el crecimiento y la modernidad.

Toda dualidad es complicada, por lo que La Paz tendrá que cuidar su propia personalidad y, a la vez, no enajenar su posición de ser la cabeza de la nacionalidad.

Así como Miraflores ha crecido como un árbol frondoso, aunque con las dificultades propias de las implicaciones que se crean en torno al mismo, no tiene que ser marcando el ritmo de la modernidad así como resguardar las tradiciones y costumbres de su pasado, entre colonial y republicano.