Héroe y bestia:
Alexander Skarsgård se mete en la piel del personaje en esta nueva versión para la pantalla grande de Tarzán. Lo acompaña Margot Robbie.
Hay papeles que dan prestigio. Son esos personajes que se convierten en una catapulta al estrellato. Y están esos otros, esos que son fenómenos culturales, que trascienden la pantalla, y son imposibles de rechazar. Uno de ellos es Tarzán, el héroe que se ha columpiado en la pantalla de plata desde los albores del Siglo XX y hoy está de regreso.
“Hay algo en el personaje que trasciende las generaciones… Y es esta dicotomía entre su lado animal y su lado humano, la cual no lo veo como una lucha, sino algo que se complementa. Fortaleza e inteligencia, las dos en un mismo hombre”, explica con una sonrisa Alexander Skarsgård, protagonista de La leyenda de Tarzán.
Alexander se confiesa como fan del personaje desde la infancia. Eso pesó para aceptar el papel, pero también las ganas de brillar en la Meca del Cine que tiende a olvidar rápido a sus figuras; aunque él espera que eso no le pase.
Por lo pronto, Skarsgård no es un improvisado frente a las cámaras. El sueco protagonizó la serie True Blood para HBO de 2008 a 2014. La fama ya la tenía, ahora va por la trascendencia. “Tarzán es otra cosa, es diferente a cualquier papel que haya hecho antes, es muy grande. Lo traemos de vuelta con una historia que sí respeta su esencia, pero agrega muchos elementos a la mitología del personaje”.
Esos “elementos nuevos” tienen que ver con el elenco que lo acompaña. El actor explica que Margot Robbie es una Jane que no necesita ser salvada cada cinco minutos y Christoph Walts es un villano tan encantador como peligroso. Samuel L. Jackson encarna a un involuntario patiño, que le pone el toque de comedia donde la reflexión flota de forma constante en la trama. “¿Qué es aquello que nos vuelve humanos”, se pregunta Alexander, antes de terminar la entrevista. “Quizás la respuesta está también en aquello que nos mantiene unidos a los animales: Un corazón noble”.
ARGUMENTO
Ya han pasado varios años desde que Tarzán (Alexander Skarsgård) abandonara la jungla africana para llevar una vida aburguesada como John Clayton III, Lord Greystoke, junto a su amada esposa Jane (Margot Robbie), pero ahora le han invitado a que vuelva al Congo para ejercer de embajador de comercio en el parlamento. En realidad, todo forma parte de un plan ideado por el capitán belga Leon Rom (Christoph Waltz), pero los responsables de esta estrategia no tienen ni idea de lo que se les viene encima.
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