La Comisión Económica para América Latina y el Caribe y la Organización Internacional del Trabajo, en informe coyuntural sobre la realidad del empleo en América Latina muestra que por estudios realizados existe grave preocupación por el descenso del empleo en la mayoría de los países latinoamericanos: “La evolución de los mercados laborales en América Latina y el Caribe durante 2016 será negativa, debido a la previsión de un contexto macroeconómico y de crecimiento más deteriorado que el año pasado y al debilitamiento de algunos indicadores de empleo”.
Esos factores, dice el informe, en especial el bajo dinamismo en la generación de empleo, llevarían a un incremento del desempleo urbano de más de medio punto porcentual en 2016 con respecto a 2015. “El proceso de continua mejora de los indicadores laborales que benefició a la región durante gran parte de los últimos 15 años se frenó en un contexto macroeconómico global más desfavorable”. Señalan los expertos cepalinos y de la Organización del Trabajo que “si bien los gobiernos deben trabajar para mitigar los efectos de la crisis en el corto plazo, también tienen que aplicar medidas para el futuro para enfrentar las brechas y rezagos como la poca diversificación productiva, de productividad, la alta informalidad y la desigualdad”.
“La debilidad en la generación de empleo el 2015 se expresó en la tercera caída anual consecutiva de la tasa de ocupación (en 0.4 puntos porcentuales), la cual implicó una reducción del número de perceptores de ingresos laborales por hogar. Esta caída en los ingresos ha jugado un papel importante en el aumento de la pobreza estimado para el 2015 (a 29,2% de los habitantes de la región)”. Indica también que “solo en siete de los 19 países de América Latina y el Caribe, la tasa de desempleo aumentó mientras que en nueve cayó y en otros países se mantuvo prácticamente estable. En México, República Dominicana y las naciones del Caribe la evolución del mercado laboral fue más favorable que en América del Sur, cuyo desempeño se vio afectado por el impacto del contexto externo en su actividad económica y la inflación, entre otros factores”.
El problema es preocupante y puede ser grave si no se adopta medidas para frenar la desocupación, creando nuevas fuentes de trabajo que eviten empeoramiento de la pobreza. Países como el nuestro (Bolivia) que tienen en la economía informal fuentes relativas de empleo, viven empeñados en disminuir las actividades ilegales que ocupan a personas desempleadas y uno de ellos, especialmente en Perú, Colombia y Bolivia es el narcotráfico, empezando por la producción de hojas de coca, pasando a su industrialización y comercio que efectivamente ocupan a muchos desempleados de ciudades y pueblos que se ven obligados a labores no acordes con sus principios y hasta aceptan remuneraciones bajas. Combatir el desempleo es desafío para gobernantes y gobernados con miras a reducir la pobreza.
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