Hábitos de consumo refleja pobre alimentación de los estudiantes

Los precios y la disponibilidad de ventas en kioscos, snack, restaurantes, comidas al paso, dulceras, son algunos de los factores que influyen en la elección de alimentos de los universitarios, según un estudio realizado en las afueras de las casas de estudio, además de reflejar un comportamiento de consumo que refleja la pobre alimentación de los estudiantes.

La nutricionistas María Almendras, explica que el estudio se realizó para conocer las motivaciones y prácticas sobre la elección de alimentos durante el tiempo que permanece en la universidad.

Aplicando una técnica proyectiva, debido a que muchos de los jóvenes no están dispuestos a revelar sus hábitos alimentarios mediante un cuestionario directo, siendo que para el objetivo se incluyeron un total de 80 estudiantes mayores de 18 años y de ambos sexos.

Los universitarios escribieron en un documento los alimentos que consumen en mayor cantidad en las afueras de la universidad, ya que en muy poco grado lo hacen en los comedores de la casa superiores. El consumo estuvo dirigido por preferencia y de manera progresiva.

Los resultados fueron los siguientes, primero que gustan de las refrescos o gaseosas, también bebidas calientes como té, café, acompañado de sándwich, galletitas dulces, salchichas y hamburguesas, chocolates, muy poco cereal, golosinas, galletitas cracker, yogurt y las famosas empanaditas. Como la famosa porción de papas con jugo de kétchup y mostaza y mayonesa que son vendidas en las comidas rápidas.

COMIDA UN IVERSITARIA

Tanto las bebidas, sándwich y galletitas son las más prefieren por el “precio adecuado, práctico y fácil de comer”. Las hamburguesas obtuvieron votos por “producir saciedad”. Mientras que los cereales son elegidas por ser consideradas saludables y la gran facilidad de manipularlas y comer.

FACTORES

Según Almendras, los factores que influyen en los consumidores para la elección de sus comidas son diversos como: la costumbre culinaria, la educación nutricional, el precio, la disponibilidad en comercios cercanos, la facilidad de preparación, también a la disponibilidad de tiempo y distancias que recorren los universitarios desde sus hogares a los centros de enseñanza, ya que muchas universidades se ubican en el centro de la ciudad y no existe una planificación demográfica de la población estudiantil para ubicar sus instalaciones, las construyen donde encuentren un terreno.

Admite que la alimentación tiene importancia como factor de riesgo de enfermedades crónicas, como el exceso de grasas, azúcares y sodio, así como una alimentación con escasa cantidad de fibra se han asociado en forma convincente con un aumento del riesgo de obesidad, enfermedad cardiovascular y enfermedades dentales.

CONSUMO DE FRUTAS ES CERO

El consumo de frutas entre los estudiantes es “cero” y aún peor de verduras, mismo que no alcanzan a cubrir la nutrición que deben tener para reducir los riesgos de posibles enfermedades coronarias, infartos y presión arterial. Los productos elaborados e industrializados tienen alta densidad calórica y pobres en micronutrientes.

No existe información sobre los hábitos alimentarios de los jóvenes universitarios de nuestro medio, quienes pasan muchas horas en los recintos universitarios por lo que suelen realizar una o más comidas en el día y quizás en las noches, sin percatarse de las consecuencias que podrían sufrir a futuro.

Por los alrededores de las universidades abundan las comidas rápidas, que encontraron en los jóvenes el caldo de cultivo para vender productos “chatarra”, pues un 75% de los seleccionados para realizar este estudio están mal alimentados.

Según la nutricionista lo estudiantes comen donde les pesca el hambre y no toman en serio su nutrición. La rutina alimentaria normalmente es buscar cerca de la universidad y encuentran sitios de comida rápida (Fast Food) que “ayudan” a los jóvenes a comer mucho gastando poco.

Por la preferencia, los estudiantes son conscientes de que comen mal, el problema es que la mayoría lo hace porque no tiene otra opción dentro su ambiente de estudio.

Los hábitos alimenticios de los universitarios están basados en el bajo precio, la fuerte carga académica, la poca oferta interna de la misma universidad en alimentos y la falta de tiempo influyen de manera directa en la manera de comer.

Por el tiempo disponible de los universitarios prefieren almorzar comidas rápidas como pizza, hamburguesa y empanaditas con sachet de refrescos de algún sabor que son aguas con colorante, nada nutriente.

Algunos universitarios por ejemplo no desayunan, porque tienen que estar antes de las 7:00 de la mañana en aulas y prefieren llegar temprano a ganarse la falta. Entonces alteran sus horarios habituales de comida de su familia, aspecto que no le interesa a las universidades que incluso y en muchos casos pasan clases en horarios de almuerzo.

Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia, realizada por la Organización Mundial de la Salud en 2010, uno de cada tres jóvenes, entre 18 y 24 años, no come frutas diariamente y 5 de cada 7, no consume verduras.

Un 52% de los estudiantes prefiere la comida rápida por la falta de tiempo, mientras que 15,6% elige este tipo de alimentos por simple gusto.

Almendras considera que los jóvenes deberían analizar sobre el tipo de alimentos que consumen para evitarse una serie de enfermedades como el sobrepeso, diabetes tipo 2, por exceso consumo de grasas saturadas.

El Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación - FAO- en su informe de 2013, elaborado por 30 especialistas en nutrición, revela que el 59% de los 56,5 millones de muertes registradas, fueron a causa de dietas inadecuadas y falta de ejercicio físico.

DATOS

- Nuestro organismo necesita de nutrientes esenciales para que cada una de sus funciones se cumpla correctamente. Estos se incorporan a través de nuestra alimentación. Si nuestra alimentación se basa en comida chatarra -que por definición es poco nutritiva- entonces nuestro organismo carecerá de esos nutrientes como: la fibra, el calcio, el magnesio y las grasas omega-3.

- La comida chatarra satisface el hambre y el deseo de comer, pero no los requerimientos nutricionales del cuerpo para mantenerse sano y protegido contra las enfermedades. Por ello, para cuidar nuestra salud se recomienda reducir la cantidad de comida chatarra de nuestra alimentación y, en tanto, aumentar el consumo de hortalizas, frutas y granos enteros, que son alimentos nutritivos y saludables.