Un ataque suicida contra una manifestación pacífica en la capital de Afganistán ha causado ayer al menos 80 muertos y 231 heridos. La mayor parte de las víctimas son de la minoría hazara, de la rama islámica chií, quienes eran los organizadores de la marcha. La maniobra fue reivindicada por el autodenominado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).
A través de la agencia Amaq, vinculada al grupo yihadista, el ISIS comunicó que “dos combatientes detonaron cinturones con explosivos entre una concentración de chiíes en la zona de Dehmazang en Kabul”.
El Ministerio del Interior afgano, sin embargo, considera que el ataque fue perpetrado por tres suicidas, aunque el tercero de ellos fue abatido por las fuerzas de seguridad, explicó en un comunicado.