Alcaldía y poca atención a servicios públicos

La Alcaldía Municipal de La Paz en los últimos diez años, sea por la existencia de presupuestos más o menos holgados o debido a la eficiencia de alcaldes y personal técnico, ha realizado importantes obras en la ciudad. En la población se aplaude lo realizado y hasta se compara con anteriores gestiones, sacando la conclusión de que entonces poco o nada se hizo; pero la verdad es simple: “se es buen alcalde o autoridad con dinero; pero por mejor y meritorio alcalde o funcionario que sea, sin dinero nada se puede hacer”. Esta es una realidad vivida por el municipio paceño, situación que es similar en otras ciudades del país.

Sin embargo de todo lo que se hace, hay que observar que lo hecho hasta ahora es lo visible, lo que muestra en grande lo eficiente y posible de hacer siempre y, lamentablemente, se descuida la atención de servicios públicos: avenidas y calles destruidas, con infinidad de baches y agujeros, aceras destruidas, canales y bocas de tormenta en pésimo estado, cables de energía eléctrica y teléfonos que caen sobre casas y vehículos. Hay carencia de atención oportuna en algunos casos de emergencia, en los que, con estilo de la Policía, los efectivos llegan tarde o nunca al sitio del desastre.

El caso de la iluminación eléctrica es deplorable porque muchas avenidas y calles no cuentan con luz o, si la tienen, es descuidada totalmente la provisión de focos que alumbran como velas. Parecería que para el servicio eléctrico o de iluminación de arterias de tránsito de personas y vehículos no existe coordinación ni planificación conjunta con la Compañía de Energía Eléctrica, hecho que debería salvarse en el menor tiempo.

La Alcaldía cuenta con medios financieros necesarios para realizar reparaciones y mantenimiento de los servicios públicos y, si no los hay o son escasos, cabría la observación de austeridad y no gastar en viajes o programas suntuosos que a nadie benefician; todo lo que implica figuración debería ser aislado de la vida funcionaria del municipio.

Hay mucho por hacer en beneficio de quienes transitan por calles, avenidas y plazas de la ciudad: y uno de los problemas más álgidos es el de los mingitorios públicos y de mercados que están en malas condiciones, con pésima atención en la limpieza, deterioro de los implementos y hasta escasez de agua al margen de mala atención del personal encargado que, parece, no recibe alguna instrucción o entrenamiento para cumplir sus deberes.

La Paz, la ciudad más importante del país, merece atención prioritaria en todo lo que significa atención al público; descuidar esos deberes es, simplemente, negligencia o carencia de sentido común para encarar lo importante y necesario.