En las últimas semanas, se conoció primero el caso del asalto que sufrió un periodista cerca de la ciudad de El Alto, en segundo lugar, la muerte de un ciudadano debido a una pelea en la plaza Abaroa y en tercer término, hace algunos meses el atropello que sufrieron discapacitados por alguien en estado de ebriedad en Cochabamba.
En relación con el asalto, las calles en Bolivia especialmente en horas de la noche se han convertido en altamente peligrosas, no habiendo vigilancia policiaca. Últimamente la única vigilancia que existe está a cargo, gracias a Dios, de las pocas cámaras de seguridad existentes y la seguridad privada. Tal vez la vigilancia en horas de la noche se la podría traspasar a los vecinos, para que cada uno vigile su calle con las medidas que crea conveniente (seguridad privada, cámaras de seguridad, instalación de puertas en calles sin salida coadyuvando con las alcaldías y otros) y también se pueda expulsar a los vecinos con antecedentes criminales y delictivos que son un peligro para los diferentes vecindarios. Y cómo olvidar el cierre de los diferentes bares existentes en algunos barrios, que quedará, pues, bajo el criterio de los vecinos adyacentes al bar.
En relación con el segundo caso, se debe recalcar el acto de heroísmo del señor Aid Nemer, quien poniendo en peligro su vida y la de su hijo, se orientó a auxiliar a una persona desconocida, en la plaza Abaroa de la ciudad de La Paz. Se dijo que la persona auxiliada, después, acusó al señor Aid y su hijo de intento de asalto. Esto seguramente hará cambiar las “normas morales sobre el auxilio”. Lamentablemente, en este caso, el señor Aid Nemer perdió la vida debido a los golpes que sufrió de parte del agresor.
En el caso del atropello con muerte en Cochabamba, ya es hora que siquiera se imponga un mes de cárcel a toda persona que sea hallada conduciendo en estado de ebriedad.
Se debe buscar soluciones para la justicia en Bolivia, por ejemplo, las penas deberían subir a un mínimo de 7 años en prisión para los diferentes crímenes y delitos. Al ser las penas mínimas, prolifera en Bolivia la criminalidad y delincuencia. Claro que para esto también se debe construir más cárceles de alta seguridad. Llama a la jocosidad y esto solo puede ocurrir en un país tercer mundista, altamente retrasado y caótico, que por ejemplo los diferentes reclusos deben alquilar celdas en la cárcel de San Pedro de La Paz para cumplir sus penas.
Se debe hacer una “reingeniería” de la justicia boliviana en forma permanente, revisando los diferentes procedimientos por ejemplo de notificaciones, aprehensiones (¿permitido en lugares de trabajo?), verificación de las detenciones domiciliarias, mejor organización de la labor de los abogados gratuitos que ofrece el Estado (paga, prontitud en sus servicios, etc.), así como readecuar constantemente las leyes actuales mal elaboradas y redactadas, lo cual lleva a los “vacíos jurídicos o legales” que terminan en la retardación de justicia.
Se debe dar más importancia a los “antecedentes”, así por ejemplo la pena para el primer delito o crimen cometido por una persona puede ser lo que actualmente indica la ley y para la reincidencia se podría duplicar la pena, para una nueva reincidencia se podría triplicar la pena y para una cuarta, pues llegar a una pena de 30 años sin derecho a indulto, así se retiraría de circulación a los criminales y delincuentes que ponen en peligro la vida de la ciudadanía.
También se habla de vaciar las cárceles, así pues en los casos de robo, el que paga su pena, podría devolver el doble de lo robado y así poder salir de la cárcel, de esta manera se sentaría precedentes para disminuir la criminalidad y delincuencia.
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