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• El trabajo es considerado como el “atlas moderno” para los neurocientíficos
Tras sentirse frustrado por tener que acudir a gráficos del cerebro creados el siglo pasado, un equipo de investigadores decidió mapear el cerebro humano. El trabajo bien valió la pena, pues de 180 regiones que identificaron en cada hemisferio del cerebro, los expertos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, descubrieron 97 áreas nuevas en la corteza cerebral.
Se trata, según expertos, del resultado más significativo que se haya conseguido hasta la fecha para detallar el “cableado” del cerebro humano y cómo afecta al comportamiento. El trabajo es considerado como el “atlas moderno” para los neurocientíficos o -más acorde con nuestro tiempo- la versión 1.0 de nuestro cerebro.
La corteza es la capa exterior del cerebro y tiene que ver con el conocimiento avanzado, la percepción y el movimiento, por lo que el estudio de estas nuevas zonas permitirá que entendamos mejor cómo funciona el supercomputador que tenemos en la cabeza.
“El cerebro no es como un computador que puede aceptar cualquier sistema operativo y ejecutar cualquier programa”, explicó el neurocientífico David Van Esses, investigador principal.
“En cambio, la forma como funciona el cerebro está íntimamente correlacionado con su estructura, con su hardware, por decirlo de alguna forma”. Esto significa que si quieres saber qué es lo que el cerebro puede hacer, hay que entender cómo está organizado y “cableado”.
Para ello, los expertos tomaron los datos de 210 personas del proyecto Human Connectome, una investigación a largo plazo que cuenta con el escáner cerebral de 1.200 adultos jóvenes.
Los cerebros de los participantes fueron escaneados tanto en reposo como ejecutando distintas tareas: escuchando alguna historia o realizando juegos de memoria. Así se pudo observar cómo responden las diferentes regiones del cerebro a las distintas actividades.
Tomaron en cuenta propiedades físicas, como la cantidad de mielina -la sustancia que envuelve las células nerviosas- o las variaciones en el plegado y espesor de la corteza.
Y se examinó la actividad cerebral cuando el participante ejecutaba cada tarea y en qué medida lo que pasaba en un área se correlacionaba y coordinaba con otras.
Para asegurarse que los resultados eran correctos, compararon los datos con otro grupo de 210 adultos sanos. “Terminamos con 180 áreas en cada hemisferio, pero no creemos que esta vaya a ser la cifra definitiva”, le dijo al sitio de la universidad Matthew Glasser, también autor del estudio.
“En algunos casos identificamos áreas de la corteza que probablemente tienen subdivisiones, pero no nos atrevimos a trazar una línea con los datos y técnica que tenemos ahora”.
Para Glasser, en el futuro otros investigadores contarán con mejores métodos para subdividir el área. “Debes pensar en este mapa como en la versión 1.0”, le dijo al diario The New York Times. “Habrá una versión 2.0 en la medida que haya más datos y más ojos que analicen esos datos”.
LA 55B Y LA MISTERIOSA POS2
Por lo pronto sabemos que algunas de esas zonas nuevas, como la 55b, se ilumina cuando la persona escucha una historia. Otras regiones tienen un mapa del campo de visión de la persona o son responsables de controlar el movimiento.
Y es posible que algunas regiones, en vez de ser responsables de una tarea específica, estén a cargo de coordinar la información que reciben de distintas señales.
“Otra zona interesante es la POS2”, le dijo Glasser al sitio Gizmodo. “Todavía no sabemos lo que hace, pero tomando en cuenta su patrón único, es posible que se trate de algo muy especializado”.
Fue el alemán Korbinian Brodmann quien primero hizo un mapa de la corteza cerebral a principios del siglo XX.
Brodmann identificó 50 regiones, alguna de las cuales involucradas con el lenguaje, la visión y el procesamiento sensorial. Su trabajo todavía se toma como referencia.
“Mi trabajo anterior sobre conectividad del lenguaje requirió tomar un mapa de 100 años y tratar de adivinar dónde estaban las áreas de Brodmann en relación con las vías (que queríamos determinar) debajo de ellas”, señaló Glasser.
Pronto fue bastante obvio de que necesitábamos una mejor forma de mapear las áreas en los cerebros vivientes que estábamos estudiando.
LO NUEVO
El profesor Simon Eickhoff, que estudia la organización del cerebro en la Universidad de Disseldorf, Alemania, y quien no estuvo involucrado en el estudio, le dijo a la BBC que este nuevo mapa era “un gran paso hacia adelante” construido con una impresionante variedad de datos.
“Es muy útil. Mejora las descripciones que estaban disponibles hasta ahora”, señaló Eickhoff, pero pidió cautela al calificar las 97 regiones recién delineadas como “áreas nuevas”.
“Si te fijas en los mapas clásicos, incluso los del siglo XIX, en el que habían mapas de todo el cerebro, verás que hay una etiqueta para cada punto de la corteza. Ya se ha observado cualquier parte del cerebro”, dijo a tiempo de señalar que este trabajo define algo claro, donde el conocimiento había estado impreciso y quizás contradictorio. Pero ‘nuevo’ es tu término delicado.
Sin embargo, el neurocientífico computacional de la Universidad de Oxford Tim Behrens considera que este mapa actualizado puede cambiar la forma en que pensamos sobre el cerebro. “Conceptualmente cambia las cosas. Las áreas del cerebro no están divididas con, vamos a decir, 50 piezas que debemos descifrar lo que hacen”.
En la medida que obtenemos más y mejores datos las partes del cerebro pueden ser subdivididas cada vez más y debemos pensar en el cerebro de una forma más granular. Para crear este mapa se tomaron en cuenta tanto la actividad del cerebro como sus propiedades físicas.
El cerebro es el órgano más interesante y complejo de los seres humanos. Es el más fascinante de todos los órganos de los seres vivos del planeta. Los estudios científicos sobre el cerebro cobraron importancia en las últimas décadas gracias a los impresionantes avances tecnológicos en el campo de la imagenología médica, la neurociencia y la genética.
¿Cuánto sabemos sobre el cerebro? Y más importante aún: ¿cómo sabemos sobre el cerebro? Vamos a descubrir para qué sirve cada parte del cerebro y luego vamos a conocer algunas técnicas que los científicos utilizan en la actualidad para realizar nuevos descubrimientos sobre el cerebro humano.
El cerebro está compuesto por unos 86 mil millones de neuronas. Cada neurona se conecta con hasta 10 mil neuronas a través del proceso que bien conocemos como sinapsis. Además, cada una es única y cumple una función determinada, a su vez las neuronas que cumplen funciones similares están agrupadas en diferentes partes del cerebro.
La corteza del cerebro puede ser dividida en dos hemisferios y cuatro lóbulos. El hemisferio derecho es el encargado de las funciones motoras y motrices de todo el lado izquierdo del cuerpo humano, mientras que el izquierdo cumple la misma función para el lado derecho del cuerpo.
También es bastante sabido que la parte derecha del cerebro está vinculado a la expresión de las emociones y la creatividad, y la parte izquierda a la observación empírica y toma de decisiones racionales. Sin embargo, esta idea es cuestionada por algunos científicos.
Los principales lóbulos del cerebro son cuatro: frontal, parietal, temporal y occipital, y están separados entre sí por cisuras, surcos o fisuras. Una de las cisuras del cerebro más famosas e importantes es la cisura de Rolando, que separa al lóbulo frontal del parietal.
Textos BBC Mundo, Londres
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