Huanuni, un caso grave en minería

La nacionalización le cayó a Huanuni el año 2006; pero si bien tuvo éxitos financieros a partir del año 2008 y logros hasta una parte del año 2014, se ha convertido en empresa que alcanzó el año 2015 el déficit de 18 millones de dólares. Las razones, no confirmadas oficialmente, se deben a la deficiente administración, baja en las cotizaciones del mineral y exceso de trabajadores.

Con miras a su reactivación, en julio de 2014 el Gobierno otorgó un fideicomiso de 50 millones de dólares con destino a “varios proyectos” que hasta ahora no han rendido resultado positivo y menos a la emisión de un informe sobre el destino dado a ese dinero y tampoco sobre lo realizado efectivamente para rehabilitar la empresa. El Vicepresidente, culpando siempre “a la derecha” de los descalabros de la minería, expresó que con el dinero, de 36 millones de dólares aprobados recientemente a favor de la Empresa Minera Huanuni, “en los años 2016 y 2017 la empresa generará ganancias”.

El nuevo crédito de 36 millones de dólares busca que haya alguna reacción en la administración, trabajo y generación de utilidades en la empresa; para la mayoría de los entendidos, el criterio es que será muy difícil alcanzar los éxitos que espera el Gobierno y todo muestra que, por más inyecciones que reciba la empresa, será difícil conseguir resultados positivos mientras no haya una reorganización total con base en sistemas modernos de producción y reestructuración del personal, reduciendo lo más posible las planillas y adoptando políticas de austeridad, para hacer frente a la volatilidad de precios.

“Hasta ahora, ninguna autoridad hizo la rendición de cuentas sobre el uso de los 50 millones de dólares”, expresan informaciones fidedignas y que causan preocupación no solo en el Gobierno sino en el mismo seno de la empresa que ahora cifra esperanzas en la nueva inyección de 36 millones de dólares para cumplir el propósito de que Huanuni sea empresa capaz de rendir frutos tanto en la extracción del mineral como en dar frutos financieros que se alejen totalmente de los déficits que suman montos alarmantes.

La minería estatal, por esfuerzos que se anuncia por parte de varios gobiernos, no da los resultados esperados porque, sin mayores preámbulos, hay que considerar que son simples agencias de empleo y donde los principios de sana y eficiente administración no se llevan a cabo y parece, según muchos trabajadores antiguos, que solo lo privado logra réditos en producción y generación de dinero; por el contrario, lo que “administran los gobiernos, neoliberales o socialistas, no da ni para cumplir medianamente con los presupuestos”.

El que Huanuni renazca de su ya largo marasmo, podría ser beneficioso; pero para ello habrá que implantar condiciones de trabajo y producción que signifiquen eficiencia, eficacia, honestidad y responsabilidad en los manejos técnicos y financieros; de otro modo, en poco tiempo se tendría que lamentar nuevos fracasos.