Las torres del padre Obermaier

Al despegar la nave del aeropuerto de El Alto, la primera impresión, sobrecogedora por la grandeza del panorama que se divisa, provisto de construcciones de ladrillo, cal, madera y zinc, cuya sensación dura escasos segundos por la velocidad y que, empero, en la retina del pasajero por siempre grabadas quedan las torres de las iglesias diseminadas en un amplio espacio urbanístico. Se trata de las capillas edificadas gracias a la paciente labor del padre Sebastián Obermaier, quien supo tomar contacto en tierras europeas para canalizar recursos económicos de comunidades católicas y de devotos seres que permitieron levantar ladrillo tras ladrillo estas obras arquitectónicas, materiales, en su esencia, que hablan de fe y solidaridad entre los hombres y mujeres del mundo.

El conocido sacerdote a la fecha cuenta con 77 años de edad, de los cuales 33 vive en la ciudad de El Alto, lugar al que ha dedicado sus desvelos desde la parroquia Cuerpo de Cristo, en la zona de Villa Adela. Según confesión propia, desearía reposar para siempre en esta tierra que supo acogerlo, y él, en contrapartida, asimiló sus tradiciones y costumbres, adquirió el dominio de la lengua aymara y cosechó el cariño de la gente humilde.

No cesamos de admirar la labor pastoral y social de quienes, como el padre Obermaier, dejan tras de sí hogar, patria y mejores posibilidades de una existencia terrenal, para dedicar sus afanes, trato diario y fe al servicio de sus semejantes. Hombres y mujeres de este talante, sean del credo religioso que fueren, nos reconcilian con la vida, fortalecen nuestro ánimo y elevan espiritualmente al género humano.

Según su hoja de vida, el padre Obermaier lleva adelante varios proyectos de índole social a favor de la niñez abandonada y de personas de la tercera edad, mediante las actividades de la Fundación Cuerpo de Cristo que preside y en la cual trabajan 130 funcionarios. Como si fuese poco, la apertura de Centros Culturales, el Hogar Campanita, además de la prevención contra el SIDA, son facetas de la vasta labor que desarrolla el párroco de Villa Adela y sus equipos de trabajo. Por otra parte, en mayo de 2002 constituyó el canal de televisión CVC, sigla que corresponde a Canal Virgen de Copacabana que difunde sus emisiones diariamente.

La amplia red de trabajo que se ejecuta en mérito al espíritu dinámico y creativo del padre Obermaier, repercutiendo de modo directo a favor del pueblo, en días pasados lo hizo merecedor al Premio Wara en su tercera versión, como un reconocimiento de la ciudad de El Alto y la comunidad a tan destacado personaje.

Desde arriba, en el redondel que forma el hábitat de los pájaros se observa el colorido de las paredes y de las torres bizantinas del padre Obermaier, que adornan el paisaje que se visualiza, en cuyo punto culminante se levanta orgullosa -con aires de triunfos y derrotas en el tiempo- la cruz de las iglesias de Cristo que irradia mensajes de paz y unión en un mundo convulsionado, de frío materialismo y de incierto futuro, dibujando una tenue luz de esperanza y amor al prójimo.