Sobre la virgen de Copacabana

Señor Director:

La imagen prodigiosa de nuestra señora de Copacabana fue labrada de maguey por el indio de estirpe incaica Francisco Tito Yupanqui, que inició su obra en Potosí el 4 de junio de 1580 y después de muchas vicisitudes la concluyó en la ciudad de La Paz en 1552 y fue trasladada a la península de Copacabana, siendo ubicada en el pequeño templo parroquial el 2 de febrero de 1583, estando de cura el Lic. Antonio Montero. La imagen obtuvo fama de milagrosa protectora, que se extendió por todo el virreinato y el continente, atrayendo numerosas romerías y peregrinaciones de fieles cristianos católicos que la visitaban para invocarla con cantos y oraciones y recibir bendiciones.

Mediante documento del pontificio de 29 de julio de 1915, la Virgen fue solemnemente coronada el 2 de agosto por el obispo de La Paz, Augusto Sifertt, en presencia del presidente Bautista Saavedra y la comitiva oficial del Nuncio Apostólico Cayetano Sicosicognani y los obispos de Bolivia.

La península de Copacabana fue ocupada desde tiempos inmemoriales por el hombre, por tenerse desde ella una impresionante vista del lago sagrado de los incas, el Titicaca. Según historiadores, la isla era ocupada por los chiripas y otros grupos antes de Cristo. Los incas convirtieron a la península y las islas del Sol y de la Luna en santuarios, a los que acudían súbditos del imperio incaico. Cuando llegaron los españoles se dieron cuenta de la importancia de Copacabana como centro religioso consagrado, por lo que eligieron un santuario central, con diseño arquitectónico de Francisco Giménez Sangüeza, y las capillas que son de utilidad para peregrinos que visitan cada año a la Virgen morena en su festividad y la veneran como Patrona de la nación y de América.

Estas romerías se suman a muchas visitas turísticas de nacionales y extranjeros, por tanta riqueza cultural que posee el Santuario. Habitantes y peregrinos saludan a la Mamita de Copacabana desde muy temprano, para expresar sus devociones y luego dar un agradable paseo en botes de vela o a motor, para después comer trucha en las playas o ancas de rana. También es un atractivo la subida al calvario y el recorrido de estaciones, tomando aire fresco y renovando energías para recibir al amanecer los rayos del sol.

Los sitios arqueológicos son de renombre mundial, porque allí los incas hacían ceremonias.

La imagen de la Virgen, también llamada de la Candelaria, fue llevada a Córdoba (Argentina), Río de Janeiro, Roma y el Perú. El 5 de diciembre de 1952 fue declarada por el arzobispo Abel Antezana como Patrona del cuerpo de carabineros de la Policía y se le confirió el grado de Generala de las Fuerzas Armadas.

El santuario de Copacabana es custodiado por los padres de la Orden Franciscana, quienes preservan los sitios arqueológicos muy apreciados por turistas de América y el mundo.

David Espejo

O.F.S.